El futuro de México (3): El país de siempre, el brutal y sádico
1991. Ciudad de México. No recuerdo la hora, pero fue al mediodía. Pájaros enloquecidos, parvadas de ellos trinaban desconsolados. Los animales nocturnos, alimañas, carroñeros y sabandijas, salieron de sus madrigueras no obstante ser pleno mediodía. El cielo plomizo de la Ciudad de México se hizo negro por siete minutos. El tiempo se detuvo. Era de noche. Me temblaba la piel y el esqueleto. Fue el eclipse de Sol más largo en la era moderna. Invitado una semana por el escritor Armando Oviedo a su residencia para mitigar mis gastos, ese día del eclipse llegué justo para gozarlo.
En ese entonces se recomendaba ir a la naturaleza, a campo abierto. A falta de ello, ir a un parque para disfrutarlo al máximo. ¿Hoy? Hoy la cultura es visual y todos dependen de su “celular inteligente”. Claro, se vendieron lentes especiales aquella vez, pero era y es un fenómeno natural para sentirlo con los seis sentidos, no para verlo solamente. Eso es cosa de los astrónomos, no de los humanos. Soy viejo y siempre he estado –por azar, destino o elección– en los grandes eventos de este mundo, los cuales me han tocado en mi existencia. Lo agradezco. Fui en 1991 a México y estuve en el eclipse interminable e impresionante por 7 minutos.
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Poco a poco, cuando la luz del sol se hizo de nuevo dentro de mis azorados ojos, los animales carroñeros corrieron a esconderse. Los grajos, gorriones y pájaros de todo tipo de pelaje, trinaban asustados ¿era día o noche cerrada? La temperatura ambiental cambió radicalmente. La adrenalina de mi cuerpo hizo lo propio. Tenía frío y calor al mismo tiempo. ¿En cuál parque viví la experiencia (no ver)? ¿En Parque Hundido, en la Alameda Central, en un parque en la colonia Doctores, en La Marquesa...?
Gracias a Dios, este ya no es mi mundo. Hoy todos estuvieron boca arriba (con lentes, cuando deberían haberlo sentido, no verlo) o boca abajo (viendo su “celular inteligente”) y así “vieron” (no sintieron) el eclipse. Lea usted lo siguiente. Es un poema del genial Molière en el siglo 17. Por cierto, el gran dramaturgo, el libertino Molière, como Miguel de Cervantes Saavedra, se anticiparon a todo mundo: en sus textos se habla de ovnis, eclipses, hombres en la luna, gente “tele-transportada” en dos o tres dimensiones, rayos como espadas, nubes como ovnis.... Lea usted un fragmento:
“El rayo amenazador que rasga con su furia
la atroz oscuridad de la nube inflamada,
temblar hace de espanto y de horror
los más firmes corazones...”.
Disfruté mucho el eclipse, fenómeno natural el cual puso a Coahuila en voz de todo el mundo. Un acierto fue el operativo, publicidad, facilidades, insumos y todo lo necesario, lo cual dotó el Gobierno del Estado, en el liderazgo de Manolo Jiménez Salinas, a los visitantes que por miles llegaron a nuestro estado. Soy un hombre privilegiado de Dios, he disfrutado dos eclipses completos de sol. Uno total en 1991 y éste en mi ciudad, al 95 por ciento. Una maravilla. Una maravilla.
ESQUINA-BAJAN
México hoy 1: Nuestro país no va a ningún lugar. Habitamos las horas más cortas y tristes de nuestra historia reciente. El debate de los aspirantes a la silla presidencial fue lamentable. Xóchitl Gálvez y Jorge Álvarez Máynez expusieron y exhibieron documentos de una corrupción galopante y asfixiante de Claudia Sheinbaum, cobijada por el dictador de Macuspana, Andrés Manuel López Obrador. ¿Se va a investigar? Lo dudo. Lo más lamentable es lo siguiente: no hay proyecto de Estado (término jurídico) y menos hay un proyecto de patria (el lugar de nuestros padres). Así de complicados andamos.
Coahuila hoy 1: Para quien esto escribe, una de las mejores notas al respecto del eclipse fue una entrevista la cual realizó el reportero Rodolfo Pámanes al investigador ibérico, Josep Masalles. El investigador explicó: “Hay muy pocas cosas nuevas que se pueden aprender en un fenómeno astronómico como el eclipse, pero sí se puede documentar la manera en que la sociedad percibe este evento...”. Puntilloso lo anterior: dar seguimiento a las ramificaciones culturales, sociológicas y psicológicas del eclipse, cosa en lo que he insistido con motivo de las olas brutales de calor y su influencia en los suicidios en la región. Todo está por hacerse y documentarse.
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México hoy 2: Nuestro México eterno, el de siempre, el brutal y sádico, sigue más virulento que nunca. Mientras los tres candidatos presidenciales se bañaban en su propio estiércol, en el país nada cambia y sí se recrudece la violencia. En Celaya, un comando armado entró a un bar y mató a dos hombres y a una mujer. Salieron y se fueron (domingo 7 de abril). En Chiapas mataron el mismo día a dos mujeres. Dos feminicidios a la cuenta del horror. En Culiacán se desató el infierno en varios puntos de la ciudad...
Coahuila hoy 2: Las campañas de los políticos a las alcaldías en el estado no “prenden” del todo. La incapacidad para llegarles a los votantes es manifiesta. Lo abordaré minuciosamente en próximas entregas.
LETRAS MINÚSCULAS
Disfruté mucho el eclipse, sin ser completo aquí. “Un sonido de trompeta, un hálito de luz envolvente antes del séptimo sello abierto...” (Apocalipsis 22:22). Tal vez sea cierto. Antes del gran final el cual se avecina.