El hábito de la lectura, una herramienta de aprendizaje a largo plazo para los hijos
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La lectura es una de las habilidades aprendidas más importantes en la escuela y una de las mejores herramientas para el aprendizaje a largo plazo. Sin embargo, también es una de las capacidades más deterioradas en nuestro país. Pruebas de desempeño académico, como ENLACE, PLANEA y PISA, aplicada por la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos), afirman que cerca del 50 por ciento de los alumnos están abajo del nivel inferior de dominio de la lectura.
Leer bien y con profundidad es buena para la mente y el espíritu; también es una ventaja competitiva en la actual economía basada en el conocimiento. A la gente le cuesta cada vez más prestar atención a cualquier cosa, por no hablar de un libro. Sin embargo, la lectura profunda aporta muchos beneficios más allá de ver un video en YouTube o leer un artículo por encima. Estos beneficios incluyen el desarrollo de una comprensión más rica de un tema, el aumento de la propia capacidad de prestar atención y la mejora del pensamiento creativo. A continuación, presento algunas sugerencias de cómo ayudar a nuestros hijos a desarrollar su lectura con profundidad y comprensión:
Utiliza un libro impreso. Las investigaciones demuestran que se comprende y conecta mejor la información cuando se leen páginas físicas. Hay dos teorías predominantes que explican este hecho: en primer lugar, cuando se leen páginas físicas no hay distracciones, algo a lo que invitan intrínsecamente la lectura electrónica. En segundo lugar, el cerebro retiene mejor la información cuando está asociada a una experiencia táctil.
No tenga dispositivos digitales en la habitación. Es una distracción enorme y sugiero guardarlos en una habitación separada.
Lee con pluma o marcador de textos. Cuanto más interactúes con un libro, mejor. Hay una gran diferencia entre la lectura pasiva (que te lean) y la lectura activa (conversar con el lector). Esta última fomenta una mayor absorción del material y un mayor pensamiento asociativo y posterior visión creativa.
Tener un cuaderno cerca. Aunque estés totalmente concentrado en lo que lees recomiendo anotar los pensamientos e ideas para no perderlos después, vuelve al libro.
Lea durante al menos 30 minutos. Se necesita tiempo para coger el ritmo. No hay nada malo en leer en los recovecos de tu día a día, o escuchar un audiolibro mientras paseas al perro o haces las tareas domésticas, pero esto no es lo mismo que leer en profundidad.
Piensa en la lectura profunda como en un músculo: hay que entrenarlo. La capacidad de prestar atención plena y absorber un libro se desarrolla con el tiempo. Puede ser difícil al principio (sobre todo si estás oxidado), pero se hace más fácil. Con el tiempo, se convierte en algo agradable. Sé paciente y persevera. Merece la pena. Generalmente, se requiere entre tres y cuatro semanas adquirir un hábito sólido de lectura profunda, en el que no tengan la sensación de estar luchando constantemente contra las distracciones. Si te sientes oxidado, asegúrate de empezar con libros que realmente despierten tu interés. Éstos son los mejores para desarrollar un hábito de lectura constante y profundo.
Ser modelo. Recordemos que los valores no se enseñan, sino que se viven. Si deseo que mis hijos adquieran el hábito lector, necesito ser ejemplo para ellos. Cuando los niños observan que los padres leen con persistencia y pasión, aprenderán que esa actividad es muy importante para que ellos también la realicen.
@DrJesusAmaya
Encuesta Vanguardia
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