El megaparo en GM y sus múltiples efectos

Opinión
/ 13 diciembre 2022

Un prolongado paro de labores en una planta automotriz no es sólo un fenómeno económico sino también social. Así debe ser analizado y enfrentado por empresas y autoridades

De acuerdo con el reporte que publicamos en esta edición, la planta de la empresa General Motors ubicada en Ramos Arizpe suspenderá sus labores durante seis semanas y media a partir del próximo 23 de diciembre. El megaparo tendrá efectos diversos que conviene analizar
y a cuyas consecuencias resulta indispensable anticiparse.

Con independencia de las causas que lo provocan, dado que se trata de una empresa ensambladora de autos la suspensión de sus actividades implicará necesariamente que las operaciones de sus proveedores también se interrumpan, así sea en menor medida.

Ello hará que el efecto del paro se multiplique e involucre a miles de empleados, de todas las áreas, que laboran en la industria local. La suspensión de labores, como ha sucedido en otros momentos, seguramente conllevará una disminución en las percepciones de los trabajadores.

En el mejor de los casos, ninguna de las personas a quienes afectará el paro perderá su empleo, pero deberá organizarse para que el ingreso disminuido que tendrá durante un mes y medio le permita subsistir hasta que vuelva a recibir su salario completo.

La circunstancia debería provocar el surgimiento de iniciativas para proteger el ingreso de las familias, en primer lugar, pues la suspensión se dará justamente en la época de festividades de fin de año durante la cual los estímulos para gastar más de lo recomendable abundan.

Aunado a ello, y como ocurre históricamente, la denominada “cuesta de enero” sorprenderá a miles de personas con menos ingresos de los que habitualmente registran y eso puede traducirse en múltiples problemas para las finanzas familiares.

Por otro lado, la ausencia de las actividades laborales regulares debería provocar el despliegue de estrategias para el uso adecuado del tiempo libre adicional en actividades orientadas al cuidado de la salud, la adquisición o desarrollo de nuevas habilidades o el ocio productivo.

En este sentido no debe descuidarse el cuidado de la salud emocional, un extendido problema en nuestros días que es provocado, entre otras causas, por problemas financieros, conflictos interpersonales o decepciones sentimentales.

Tal como ocurrió durante la época de reclusión de la pandemia, el periodo de inactividad laboral podría implicar un repunte
en la incidencia de la violencia doméstica y por ello también resulta recomendable desplegar esfuerzos para evitar que tal realidad
se actualice.

Porque el hecho de que una empresa como GM tenga una suspensión de labores tan prolongada no es solamente un fenómeno de carácter económico, sino que sus repercusiones sociales pueden ser de muy diversa índole. Orientar esfuerzos a evitar que produzca consecuencias negativas constituye una asignatura para las empresas involucradas, pero también para el sector público.

Cabe esperar por ello que, al momento de analizar la situación, no se soslayen los aspectos sociales que involucra y que al final también importan para efectos de productividad laboral.

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