El opuesto del gris es el rojo
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Vivimos en polaridades, en un mundo dual. Después de pasar buen tiempo cubierta en gris, vuelvo a descubrir el rojo. Voy de la resignación a la pasión. Ambas son parte de mí, y hay momentos en la vida en que surge una polaridad y otros en que surge la otra. Tristeza y alegría. Actividad y pasividad. Energía femenina y energía masculina. El sol y la luna. La noche y el día. Arriba y abajo.
Tenía semanas buscando mi color. Resulta que lo opuesto al gris es rojo. Bueno, cuando menos a mi se me mostró así. Cuando estamos apegados, o atorados, en una polaridad, la otra parece muy ajena a quienes somos. Damos bandazos entre uno y otro, generalmente negando la polaridad que no estamos viviendo en el momento preciso.
Pensé que había perdido el rojo. Y tal vez temporalmente sí sucedió. Pero vivir solamente en el rojo sería algo así como solo inhalar y nunca exhalar. Ridículo, ¿verdad? También podría usar el rojo para esconder el gris o usar el gris para intentar esconder el rojo. Me es más difícil esconder el rojo, a pesar de haberme entrenado mucho de niña para hacerlo.
¿Y tú? ¿Qué colores corresponden a tu polaridad (o a una de muchas)? ¿Cómo los defines? ¿Cómo te mueves entre uno y otro? ¿Cómo incorporas a los dos en tu vida? ¿Cómo aprendiste que una polaridad era más adecuada que la otra? ¿Qué decisiones tomaste de niño para apegarte a un lado de un continuum? Y ahora, ¿tendrás espacio en tu vida para girar tu mirada e incluir la otra polaridad? ¿Podrás reconocerla y también integrarla?
Como dice el “psicólogo del amor”, citas al...