El Partido Revolucionario Institucional pretende su refundación... ¿La logrará?
La escasez de adeptos al Partido Revolucionario Institucional (PRI) ha ido en aumento, producida con el paso del tiempo por los resultados que han dado algunos funcionarios enquistados en los gobiernos emanados de ese partido, y que su fama de burócratas deshonestos ha contribuido al repudio de la ciudadanía apartándose del partido, que muchos de ellos se han afiliado a Morena, que los ha recibido tomándolos en cuenta mediante el otorgamiento de beneficios.
Todo eso está más que claro que, tanto el PRI nacional como sus comités estatales, lo han llevado a ser un partido paralítico por la falta de cohesión interna influyendo como una fuerza de resentidos producto de las pugnas dentro y fuera que aglutinan a que miles de seguidores lo sigan abandonando, pues gentuza de corruptos colocados en los gobiernos, han logrado ir desmoronando su instituto político, conservando mínimas simpatías que han hecho que pierdan curules, senadurías, alcaldías, gubernaturas y hasta la Presidencia de la República.
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Según la cúpula del partido cambiará su reglamentación con el fin de emprender su refundación, lo que es clara muestra de que “la institución se apartó de sus principios originales o que debe adaptarlos a los tiempos”, como define la Academia la refundación.
Los personajes más conspicuos, desde la propia dirigencia, los gobernadores de los únicos dos estados priistas, algunos alcaldes y demás, pontifican con palabras esperanzadoras que harán lo necesario para sacar adelante a su partido, y volver a competir ahora sí con signos de victoria.
Algunos de esos personajes dicen que el partido debe seguir con el nombre que tiene ahora y solo reformar los procedimientos que normen su vida a fin de que realmente hagan sinergia con sus partidarios, pues al tomarlos en cuenta agregan el apoyo suficiente para ir ganando elecciones. En anteriores entregas expuse algunos conceptos que favorecen a la unidad partidista, obtenidos en investigaciones y criterios personales derivados de experiencias propias.
Otros dicen que lo que se debe hacer es cambiar el nombre y cumplir con los estatutos y la declaración de principios. Por lo que se ve, esos principios se quedaron guardados desde el principio de los tiempos.
Y la gran masa de votantes identificados como clientes cautivos de un gobierno asistencialista, en esta nueva ocasión les volvió la espalda seleccionando a una candidata que, con su triunfo, confirmó ir dejando atrás la figura fantasmagórica del tricolor.
Sin embargo, pudiera existir una posibilidad de que renazca el partido. ¿Cómo?
Botando a todos los priistas desde la punta piramidal, dejándolo hueco, como los cascarones, para luego ser rellenado con gente nueva higiénica, con ética y honestidad, que respete la legalidad y que ponga en práctica lo que realmente es un partido político moderno y democrático. ¿Será mucho pedir? Para los falsos priistas yo creo que sí.
Se necesita que sus dirigentes sean probos, de manera que bajo esa misma tónica sepan escoger a personas con la misma calidad, que tengan la educación y sabiduría política, no solo empirista, para conducir un partido renovado, que no se trate solo de la creación de una agencia de colocaciones cuya reciprocidad la tengan segura.
Es difícil, por más recomendaciones que le presenten a la dirigencia, que el renacimiento del partido se logre, el mal está en el presidente del partido y los secuaces que lo apoyan, pues la rectitud no se les da y el partido es claro que les ha servido para lograrlo.
Por el camino que ahora recorre es irlo conduciendo al momento fatal.
¿Dónde está lo revolucionario y lo institucional? Lo del partido, partido está.
Les guste o no les guste, López Obrador se los comió enteros como la ballena que se comió a Jonás.
Ya se escuchan los estertores.
Se los digo EN SERIO.
franciscoaguirreperales@gmail.com
@aguirreperalesf