Elecciones 2023: La Radiografía

Los datos del PREP de la elección pasada son brutales: Manolo Jiménez gana la gubernatura de Coahuila con una votación histórica de 741 mil 731 votos. La contundencia de su victoria fue tan descomunal que ni la suma de la votación de sus adversarios sería suficiente para derrotarlo.

Desglosemos esa votación para entender su radiografía por género, edad, escolaridad, ubicación del votante (urbano-rural), salario, aprobación AMLO y aprobación Miguel Riquelme.

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Más mujeres (51.5 por ciento) votaron por Manolo que hombres (48.4 por ciento). Los casos de Armando Guadiana y Lenin Pérez fueron a la inversa. El de Ricardo Mejía fue igual que el de Manolo, quien demostró ser el candidato de las mujeres.

La mayoría de los jóvenes (18-29 años) se identificó generacionalmente con Manolo (56 por ciento). Ese porcentaje duplicó el de Guadiana; fue casi 10 veces mayor al de Mejía y 15 veces superior al de Lenin.

Ocurrió algo similar con las personas de 30 a 49 años: Manolo ganó el 51.7 por ciento de votos en ese segmento. Duplicó a Guadiana y fue siete veces superior a Mejía y 13 veces a Lenin.

Y con las personas de 50 años y más: Manolo bajó su votación a 42.8 por ciento; mientras Guadiana (25.8 por ciento) y Mejía (10.5 por ciento) obtuvieron su mejor puntaje en este segmento; y Lenin, por el contrario, sacó su peor puntaje de los tres segmentos de edad. En este caso, Manolo afirmó ser el candidato de los jóvenes y responsable del recambio generacional en Coahuila.

En la variable escolaridad, el promedio de votos obtenidos por Manolo fue de 50.2 por ciento. Es decir, que de manera indistinta al número de años en la escuela (primaria o menos; secundaria y preparatoria y universidad y más), Manolo arrasó con un porcentaje superior al 50 por ciento. Guadiana ganó el 23.43 por ciento con énfasis en los coahuilenses de menor educación. Mejía y Lenin quedaron estacionados en ese mismo segmento con 9.03 por ciento y 4 por ciento, respectivamente.

Estos resultados apuntan a una realidad electoral: las clases populares no ancladas a la 4T más las clases medias y altas votaron por Manolo.

En lo referente a la ubicación geográfica del votante (urbano o rural); de nuevo, Manolo obtuvo la votación más alta en ambas ubicaciones: 50.1- 44.4 por ciento. Guadiana fue al revés: 24.7-32.2 por ciento. En este caso, el trabajo con la ciudadanía y las clases populares −vía la estructura priista− rindió los frutos esperados para derrotar a la 4T en las comunidades urbanas y rurales.

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De hecho, esta estructura tricolor en el ámbito popular y rural extinguió a Mejía con 1.0 por ciento y a Lenin con 0.4 por ciento de votación.

Las variables salario, ubicación urbano-rural y escolaridad trabajan de manera similar para Manolo: en este caso, el 45.86 por ciento promedio de los votantes en los rangos de 1 a 3 salarios mínimos, 3 a 5 salarios mínimos y 5 y más salarios apoyó a Manolo. Para reiterar un resultado: las clases populares, medias y altas −del medio urbano y rural− apoyaron a Manolo, sin importar su nivel de escolaridad o salarial. Mientras Guadiana (27.6 por ciento) y Mejía (3.3 por ciento) obtienen la mayoría de sus votos de coahuilenses ubicados en el nivel salarial más bajo.

Entre los votantes coahuilenses que apoyan a AMLO, el 40.2 por ciento de ellos votó por Manolo y el 32.3 por ciento por Guadiana. Mientras los electores que lo desaprueban fueron menos discretos: el 70.4 por ciento votó por Manolo. El 8.6 por ciento por Guadiana. Entre ambos, contra y pro AMLO, el 55.3 por ciento fue con Manolo y el 20.4 por ciento con Guadiana.

Finalmente, entre los coahuilenses que aprueban la gestión de Miguel Riquelme; el 57.5 por ciento votó por Manolo y el 23.32 por ciento por Guadiana. El 5.9 por ciento por Mejía y el 2.3 por ciento por Lenin.

Esta radiografía electoral refuerza el principio de una candidatura ciudadanizada; la de Manolo Jiménez, soportada por jóvenes y mujeres; apuntalada por coahuilenses de todos los niveles de escolaridad y salariales, y sin importar su ubicación urbano-rural.

Enhorabuena por los coahuilenses que parieron un gobierno ciudadanizado, legitimado desde sus entrañas: las urnas.

Nota: El autor es director general del ICAI. Sus puntos de vista no representan los de la institución