Eliminación de organismos autónomos... ‘Indefensión ciudadana: ¡Bienvenida!’

Opinión
/ 22 noviembre 2024

Con la restricción a la Ley de Amparo -a partir de sus modificaciones a los artículos 129 y 148- y la aprobación de la reforma judicial; la desaparición de siete organismos públicos autónomos solo profundiza la fragilidad de nuestras garantías individuales. A partir de hoy, el mexicano común enfrentará -prácticamente solo la fuerza discrecional del Estado.

1. Muere el INAI. Desaparecen tres derechos humanos básicos: a la transparencia, al acceso a la información pública y a la protección de nuestros datos personales.

¿Acaso los protegerá el Estado mexicano a pesar de ser juez y parte? ¿En verdad, la recién formada secretaría anticorrupción y buen gobierno, transparentará los actos de corrupción de los integrantes de la casta morenista en el poder? O, ¿será puntual para rendir cuentas del cómo nuestros impuestos son utilizados para instalar el segundo piso de la 4T? Y, ¿diligente para cuidar nuestros datos personales?

¿Qué ocurrirá con el periodismo de investigación que utilizó información del INAI para desnudar la corrupción en los sexenios de Enrique Peña Nieto y López Obrador? O, con el inversionista nacional o extranjero que exija certeza jurídica en cuánto a la manera cómo será utilizado su dinero en México.

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2. Muere el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL). Desaparece la credibilidad sobre el impacto de las políticas públicas para reducir la pobreza en México. También, la posibilidad de saber la pertinencia de la cantidad de recursos invertidos y la calidad de los programas sociales implementados.

3. Muere la Comisión Federal de Competencia (COFECE). Desaparece la regulación de una libre competencia en el mercado que impactará directamente en la diversidad, la calidad y el precio de los bienes que consumimos cada día. ¿Quién nos protegerá ahora de las prácticas monopólicas de Carlos Slim que encarecerían los bienes que consumimos de sus empresas, por ejemplo? ¿O, de cualquier otro empresario con un poder similar?

4. Muere el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT). Desaparece la regulación para acceder bajo criterios de calidad y de competitividad “al espectro radioeléctrico, las redes de comunicación y la comunicación vía satélite”.

Esta desregulación abre la posibilidad de una apertura indiscriminada y, por tanto, de dudosa calidad, a ese mercado, pero sobre todo, a una restricción estatal del internet y, por ende, de las redes sociales. Tal, como ocurre, en China, Rusia, Corea del Norte y Venezuela.

5. Sistema Nacional de Mejora Continua de la Educación (MEJOREDU). Desaparece la posibilidad de detener la notable regresión que sufrió México de 2018 a 2014 para evaluar la calidad de la educación y las competencias de los maestros con criterios locales del MEJOREDU y globales de la OCDE.

Por ello, nunca sabremos a ciencia cierta, cómo se desmorona el futuro de millones de niños y jóvenes mexicanos en los años por venir.

6. Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH). Desaparece la existencia de “un órgano técnico, independiente de Pemex y los privados, que se encargaba de administrar las asignaciones y contratos petroleros”.

La desaparición de la CNH cierra el círculo de la opacidad de una empresa improductiva como PEMEX -al designarla pública- con un adeudo acumulado por más de 19 mil 700 millones de dólares.

7. Comisión Reguladora de Energía (CRE). Desaparece “la garantía de un piso parejo en la regulación de los precios de la electricidad, el gas natural y los petrolíferos (gasolina)”.

Sin la CRE existiría “un entorno propicio para prácticas monopólicas, limitando la capacidad de elección de los consumidores y poniéndolos en riesgo de posibles abusos”.

La 4T, sin ceremonia de por medio, nos da la bienvenida a nuestra indefensión como ciudadanos comunes.

¿Cómo nos defenderemos? Al tiempo.

Fuente: IMCO (2024)

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