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Opinión
/ 22 enero 2023
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El pasado 17 de noviembre, Ricardo Mejía Berdeja (RMB), exsub-secretario de Seguridad Pública en el País, firmó una carta-compromiso ante la Comisión Nacional de Elecciones de Morena, haciendo constar su conformidad con la convocatoria para designar al “Coordinador de los Comités de Defensa de la 4ª Transformación en Coahuila”.

El 12 de diciembre, Mario Delgado anunció que el senador Armando Guadiana había ganado en las encuestas que se realizaron para elegir al Coordinador de la 4T en Coahuila, como culminación del proceso selectivo a que dio lugar la convocatoria expedida para tal efecto. Días después, el mismo Mario Delgado anunció que Armando Guadiana sería el precandidato a la gubernatura de Coahuila, por el partido Morena. El mismo día, RMB desconoció los resultados de la encuesta y denunció que se trató de un ejercicio “amañado”, por lo que decidió romper con Morena. Días más tarde anunció que sería el candidato del Partido del Trabajo a la gubernatura de Coahuila.

Desconcierta que Morena utilice el resultado de la encuesta para un determinado fin y lo aplique para otro. En ningún artículo de los estatutos de este movimiento se menciona que el candidato que gane la encuesta para “coordinar los Comités de Defensa de la Transformación en Coahuila”, es designado automáticamente como el candidato a la elección para gobernador de la entidad.

Es muy lamentable que, desde el Presidente de la Republica hasta los más afines y los más acérrimos enemigos de la 4T, hayan descalificado la actuación de RMB por no haber aceptado los resultados de la encuesta y haberse revelado contra Morena. Lo han acusado de traidor, sin conocer las causas que lo motivaron a actuar de esa manera.

La convocatoria a candidato a gobernador, en la que se debió indicar que el registro de aspirantes a la gubernatura de Coahuila se abriría desde las 00:00 horas hasta las 23:59 horas del 2 de enero, no apareció publicada en la página principal de Morena. ¿Por qué se dio un solo día para este registro, cuando el registro para Coordinador de la 4T tuvo dos días, siendo que el primer cargo tiene más relevancia social y política? El artículo 41 Bis-A del Estatuto de Morena estipula que las convocatorias se emitirán al menos siete días antes de las sesiones, o según lo marque este Estatuto.

El Lic. RMB se comprometió a aceptar el resultado de una encuesta, pero ésta se aplicó erróneamente para otro propósito. Esa manera irregular de emplear las encuestas provocó el enojo de RMB y de miles de sus seguidores, debido a una sensación de impotencia por el atropellamiento de Mario Delgado y por sentirse manipulado como pieza de ajedrez. Por todo esto, Ricardo explotó contra el titiretero; no se dejó manipular, respondiendo a su propio albedrío, lo que motivó su salida del juego amañado. Hay que tener en cuenta, además, que de acuerdo al artículo 46 inciso f de los estatutos de Morena, la Comisión Nacional de Elecciones no tiene la competencia de hacer designaciones directas, sino solo de validar y calificar los resultados electorales internos.

La designación de Armando Guadiana como ganador de la encuesta, dejando fuera a Ricardo Mejía, aumenta la posibilidad de que Manolo Jiménez —continuista de los Moreira—, gane y sea el próximo gobernador de Coahuila.

Por otro lado, el miedo visceral de que el PRI pierda su cacicazgo de casi un siglo en el estado, ha dado lugar a que se coaliguen —de manera inverosímil hasta hace poco tiempo— partidos antagónicos, al menos en el discurso. PRI, PAN y PRD, en un momento de desesperación, y después de su desplome electoral hace tres años, regresan con el apoyo de sus titiriteros, los que anteriormente gobernaban y mandaban en el país, esa plutocracia que se construyó durante el salinismo y que fue apabullante hasta el peñismo.

A ellos no les importa la democracia ni las instituciones, les importa el poder y el dinero. La ambición desmedida por el uso de los recursos públicos es el sello que los caracteriza. Pretenden volver a un pasado que no existe más, a un régimen que terminó por colapsar de forma categórica ante un sector social que históricamente había sido relegado, y que encontró en el obradorismo el camino para un intento de transformación de la vida pública.

Con las campañas del miedo al cambio, la coalición PRI-PAN-PRD llenará espacios informales, abordando tangencialmente la amenaza que significaría tener un líder que ofrezca la esperanza de un futuro mejor, un líder carismático y experimentado que no le tiene miedo a desenmascarar a los corruptos que han tenido el control del estado por tantos años. Esta estrategia que infunde el miedo, no solo puede ser efectiva en términos de la cantidad de abstencionistas que no acudan a las urnas, sino que también podría permitirle al gobernador electo continuar con su política de desfalco al erario y a los coahuilenses.

Si bien el miedo dispone al ser humano a buscar ayuda y a cooperar, para que un pacto social produzca libertad, tiene que ser la fuerza productiva de la esperanza lo que impulse a los individuos a asociarse. Cada nueva decisión política demanda una reconciliación entre principios y realidad y, por ende, un cuestionamiento de la inevitable brecha entre teoría y praxis, lo que reactiva estas emociones existenciales en el debate político.

El miedo a perder una democracia simulada lleva al pueblo a agachar la cabeza y permitir la consolidación del modelo neoliberal. Hoy no solo es el miedo al cambio lo que amenaza con neutralizar las demandas populares y paralizar la acción; también está el poder político que la aberrante coalición liderada por la mezcla izquierda-centro-derecha tiene para sabotear a lo que sería el primer gobierno de transición hacia el nuevo orden constitucional.

Las decisiones que se toman sobre la vida en común no solo están basadas en criterios técnicos de eficiencia. Las emociones —como el miedo y la esperanza— son parte integral y fundamentales en la política.

El Partido del Trabajo, que ha luchado en contra del modelo neoliberal durante los últimos 30 años y ahora lleva como abanderado a Ricardo Mejía Berdeja, ofrece la posibilidad de transitar del miedo a la esperanza para acabar con la continuidad, los desfalcos al erario del estado y la sobreprotección que daría Manolo a los gobiernos anteriores del moreirato.

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