Estas son las mañanitas... ¡Felicidades, Saltillo!
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Saltillo cumple hoy 446 años de edad.
Más o menos.
La verdad sea dicha: no conocemos con exactitud el año de fundación de la ciudad en que vivimos. Durante mucho tiempo se creyó que Saltillo había sido fundado en 1575. Luego un historiador, don Wigberto Jiménez Moreno, halló en los archivos de Parral un cierto documento de donde se desprendían datos para pensar que nuestra ciudad se fundó en 1577.
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¿Y lo del día? ¿Por qué se celebra el cumpleaños de Saltillo el 25 de julio? Porque ese día es el de Santiago apóstol, patrono de España y sus ejércitos, cuyos guerreros lo invocaban al entrar en guerra –“¡Santiago y cierra España!”–, y patrono también de esta ciudad, según se proclama en el altar mayor de nuestra Catedral, donde hay una inscripción latina que a la letra dice: SANCTO PATRONO IACOBO DICATUM. O sea: “(Este templo está) dedicado al santo patrono Santiago”. Patrono es de Saltillo el apóstol de Compostela, y no el Santo Cristo de la Capilla, según mucha gente cree.
Fue en tiempos de don Óscar Flores Tapia cuando se fijó por decreto –en otra forma no se podía fijar– la fecha oficial de fundación de Saltillo. Y qué bueno que así se hizo, pues de otro modo andaríamos todavía en dimes y diretes de historiadores; en especulaciones sobre un año de más o uno de menos; sobre éste o aquel otro día. Flores Tapia, muy a su manera, cortó por lo sano e hizo que el Congreso estableciera de una vez por todas la fecha del cumpleaños.
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Fue así como se pudo celebrar en 1977 el cuarto centenario de Saltillo. Los festejos fueron espléndidos, lucidos. Toda la ciudad participó en ellos. Y lo hizo con orgullo, pues ciertamente se había iniciado una nueva etapa en la vida de la ciudad.
A Saltillo está llegando mucha gente de fuera, atraída por el desarrollo industrial que aquí se ve, lo mismo que en Ramos Arizpe. Saltillo es ciudad abierta. Quiero decir que recibe a todos con abiertos brazos. Debemos conservar nuestras tradiciones, lo bueno que tiene nuestra forma de vivir; pero no hemos de cerrarnos a las cosas buenas que de otras partes nos pueden llegar. Aspiremos a tener lo mejor de lo nuestro y lo mejor de los que vienen. Demos la calidad de saltillenses a aquellos que escogen nuestra ciudad para vivir, pues su ciudadanía no es fruto del azar, sino de propia decisión. Todos juntos –saltillenses de nacimiento y de adopción– podemos realizar la tarea de hacer de Saltillo una ciudad mejor para todos. Eso será mañana. Hoy digámosle a Saltillo que estas son las mañanitas que cantaba el Rey David. ¡Felicidades!