Fin de año, reinicio de indicadores económicos

Opinión
/ 27 diciembre 2024

Se termina el año, estamos a cuatro días de que 2024 llegue a su fin con todas las cosas buenas y malas que sucedieron, y sobre todo, que empezaron un proceso de cambio que seguirá en 2025, y muy probablemente lleguen a conclusión hasta 2026. Están empezando a publicarse los datos económicos de cierre de año y todo parece indicar que seguimos en medio de una economía mixta, en algunas cosas bien, en otras cosas mal. Las tentaciones del poder político han alcanzado en algunas ocasiones al poder económico y en esto me refiero a las ganas del gobierno federal de intervenir directamente en el sistema económico para que todo funcione conforme a los designios políticos y no a las fuerzas del mercado.

Proyectos faraónicos que hasta hoy siguen sin funcionar como la refinería de Dos Bocas en Tabasco, el tren del Istmo y el AIFA, empresas gubernamentales que definitivamente no funcionan como Mexicana de Aviación o el Gas del Bienestar. De la megafarmacia que sería “insignia” del manejo de medicinas a nivel internacional, mejor ni hablar. En el caso positivo se tienen los programas sociales que han ayudado a abatir la pobreza y reducirla a 38 millones de mexicanos, y en el caso de Banxico, el manejo excelente del sistema monetario que ha controlado la inflación dejándola en 4.44 por ciento a la primera quincena de diciembre.

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La tasa de interés de referencia cerrará en 10 por ciento, un poco debajo de lo esperado por el mercado que era de 10.25 por ciento. El tipo de cambio sobre los 20 pesos con 15 centavos, también dentro del margen aquí comentado de 20 pesos con 20 centavos. Hasta aquí todo va dentro de lo esperado a pesar de lo que muchos hubieran creído que pasaría por “culpa” de la elección presidencial y de la victoria de Donald Trump en Estados Unidos. Insisto, hasta aquí no hay sorpresas ni sobresaltos económicos, lo que viene es lo que tiene a todos los agentes económicos muy preocupados porque no hay manera de predecir los caminos que seguirá el ambiente económico en los siguientes 12 meses.

En el ámbito internacional, la relación con el vecino del norte y con Canadá, tendrá cambios económicos y políticos importantes que pasarán por temas de migración, deportaciones, y reclamos por acciones diversas, hasta la potencial desaparición del tratado de libre comercio como lo conocemos hoy. Es imposible tratar de adelantarnos a lo que puede pasar en el futuro.

Para algunos analistas y políticos, como el propio Ramón de la Fuente, secretario de Relaciones Exteriores, no pasará gran cosa, simplemente habrá pequeños cambios sobre los que habrá que hacer algunos ajustes, pero que no serán un obstáculo para el crecimiento de México. Por el lado contrario, tenemos a Bank of America, una institución bancaria norteamericana de gran renombre, que sostiene que sí se darán cambios que afectarán drásticamente la economía de México como aranceles parejos para todos los productos mexicanos y no solo para los automotrices, y agrega que hay una gran probabilidad de que el intercambio comercial con Estados Unidos se reduzca sustancialmente con respecto a lo que se tiene hoy. No hay manera de tener una idea de las tendencias de futuro hasta que Trump tome el poder el próximo 20 de enero de 2025.

A nivel interno, hay dudas sobre los supuestos que dieron origen al presupuesto federal del siguiente año. Crecer al 2.5 por ciento cuando menos resulta imposible con las condiciones económicas actuales y los potenciales factores de deterioro que se avecinan para el primer semestre venidero. Un tipo de cambio a 18 pesos con 70 centavos es cuando menos un sueño surrealista kafkiano, cuando el tipo de cambio está estabilizado por arriba de 20 pesos. En el mejor de los casos estaremos en 2025 por arriba de 21 pesos, con todos los problemas comerciales venideros, sobre todo, si Trump impone aranceles del 25 por ciento a nuestro país, porque hay que recordar que el primer mecanismo económico compensatorio contra ellos es la depreciación monetaria. Por lo tanto, es más seguro que rebasemos los 21 pesos a que volvamos a 18 pesos por dólar.

El gasto público en este 2025 será en términos reales el 93 por ciento del de 2024 y si se toma en cuenta que se agregaron 3 programas sociales, que Pemex y CFE tienen deudas gigantescas para las cuales no hay solución en el corto plazo, empiezan a surgir dudas de las necesidades de crédito que tendrá el país para el siguiente año. Toda la reducción de deuda que se tuvo durante la tan criticada época de Calderón, se está incrementando ahora con las consecuencias que esto tiene para el futuro como un mayor porcentaje del presupuesto, de por sí ya raquítico, dedicado a pagar intereses, mayor dependencia de la inversión extranjera para generar empleos, entre otros. El empleo está en su nivel más bajo en los últimos 15 años, pues apenas se han generado 619 mil 252 empleos de enero a noviembre de 2024. Qué lejos quedaron los días en que se generaban más de un millón de empleos anuales.

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Es fin de año y no quiero extenderme más por esta ocasión, ya la siguiente semana habrá oportunidad de empezar a analizar las tendencias de 2025, que augura ser cuando menos, muy emocionante en términos económicos. Para terminar este 2024, dejo una frase económica que puede servir para comprender mejor esta columna económica; “Consumir para crecer, saber para invertir”. Estimado lector o lectora, le deseo a usted y su familia un magnífico 2025 lleno de salud y amor, del dinero, aquí aprenderá en esta columna. Nos vemos el año que viene.

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