¡Fuera ropa, Gaby de León!
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Muy respetable señora Gabriela de León Farías, consejera presidenta, hasta el día de mañana, del Instituto Electoral de Coahuila, el OPLE que “El Peje” López Obrador ahora pretende desaparecer junto con los demás existentes en todos los estados de la república, no sin falta de razón en ello, principalmente por el abuso en la asignación de sus altos salarios que ustedes a su antojo deciden y, asimismo, en que toda la burocracia electoral pasa largos periodos de meses y años en plena ociosidad, un verdadero abuso contra el pueblo de México que a diario vive en la subsistencia en una realidad democrática con muchos adjetivos negativos, y donde en la mayoría de los estados no existe la separación de poderes, asunto que le parte toda la madre a la democracia participativa que es la cualidad fundamental de nuestro sistema político.
Pero el propósito de este artículo
no es el de criticarla, doña Gaby,
sino agradecerle el que no me haya denunciado por aquella columna donde el suscrito se excedió en una metáfora donde la expresión “¡Fuera ropa!” no era literal, sino que se refería a los ropajes de la simulación, la mentira, la manipulación y demás sustantivos calificativos para la actuación de ese instituto que usted ya no presidirá y que es uno de los más caros del mundo.
En fin, vaya el relajo que se hizo y que fue magnificado casi a nivel
mundial con severos cuestionamientos a este periodista por parte de activistas, magistradas, legisladoras, consejeras y demás entes justicieros que se tomaron la molestia de leer esta columna desde Canadá hasta Tierra del Fuego y más allá del Océano Atlántico hasta Europa y puntos intermedios. De verdad le agradezco, señora De León, el haber difundido mi artículo y qué bueno que a usted le sirvió mucho también.
El próximo 12 de noviembre se
cumplirán cinco años de la publicación de dicho texto y no se ve que hayamos avanzado mucho en el asunto de la democracia en México. De hecho, en este año se han desplomado los índices de desarrollo democrático de este País, lo cual es un retroceso en los rubros de Democracia de los Ciudadanos, Democracia de las Instituciones, Democracia Social y Democracia Económica.
Lo más cuestionable es que el índice de democracia ciudadana haya bajado y que exista un marcado déficit en la calidad institucional y la eficiencia política que es deseable en la democracia interna de organismos como el Instituto Electoral de Coahuila (IEC), donde es inexplicable el hecho antidemocrático de que sus consejeros no puedan elegir a su
presidente y que sean los consejeros nacionales los que impongan a
dicho funcionario en una decisión centralista y antidemocrática que anula los méritos propios de los consejeros locales.
Claro que usted no es la culpable
de dicho retroceso en una de las democracias más onerosas del mundo, de hecho, ya no se le cuestionará nada de lo que anteriormente le hemos criticado, excepto una cosa: que usted jamás dijo nada, que nunca cuestionó ni tampoco señaló que en este estado no existe la separación de poderes, algo inexplicable en una mujer con verdadera consciencia democrática como se supone que es usted, a quien hoy le deseamos éxito en cualquier actividad pública o privada que vaya a emprender. Gracias pues, por nada, señora De León.