Gestionar el agua: el gran reto de nuestros días

El agua no es solamente un recurso vital, sino también uno de carácter escaso, aun cuando se trate del elemento más abundante en el planeta. Y eso se debe a que el agua que utilizamos los seres humanos es agua dulce y a esa categoría solamente corresponde el 2.5 por ciento del total.

Pero no sólo eso: del total de agua dulce que existe, casi el 69 por ciento se encuentra congelada en los polos y los glaciares, y otro 30 por ciento está en el subsuelo. Eso implica que apenas el 0.4 por ciento del agua dulce −una porción realmente minúscula− es agua superficial o que se encuentra en la atmósfera.

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Los datos anteriores dejan claro que, aun cuando creamos que el agua es abundante, aquella de la cual dependemos los seres humanos, y todas las especies vivas no marítimas, es realmente muy poca.

Así pues, en regiones como la nuestra, en la cual no contamos con fuentes superficiales y, por tanto, dependemos del agua subterránea, el reto de gestionar adecuadamente dicho recurso es realmente monumental. Pero es un reto que debemos encarar sin regateos.

En este sentido, no basta que el organismo responsable de gestionar el sistema del cual dependemos para acceder a este recurso oriente sus energías a inyectar un volumen cada vez mayor a la red, sino que, además, es preciso incorporar mecanismos que vuelvan más eficiente su uso.

“Que el agua tenga más de una vida” es una expresión utilizada por el gerente de Aguas de Saltillo (Agsal), Iván José Vicente, que sintetiza bien la idea y se refiere a una tarea que es muy fácil de enunciar, pero sumamente compleja de llevar a la práctica: reusar el agua tantas veces como sea posible.

¿Qué significa esto? Que una vez empleada el agua, para tareas domésticas, comerciales o industriales, la sometamos a procesos de saneamiento que permitan emplearla una segunda, tercera, cuarta, quinta vez. En las mismas actividades que se empleó originalmente o en otras.

Lejos de tal posibilidad, lo que regularmente hemos hecho hasta ahora es extraer el agua del subsuelo, inyectarla a la red, usarla una vez y luego −con suerte− sanearla para dejarla correr.

Se trata de un esquema que nos urge transformar, so pena de llevar al colapso a las fuentes de agua de las cuales dependemos.

En este sentido, resulta relevante que el titular de Agsal anuncie que, entre los planes que la empresa tiene a mediano plazo, se encuentra el de realizar inversiones para incrementar el reuso del agua, captación de agua de lluvia, infiltración y recarga de acuíferos.

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En los próximos días, dijo Iván José Vicente, se presentará un informe en el cual se contemplan acciones de este tipo: “Ahí vendrán toda la serie de inversiones que hay que realizar. Esto lo encargó el Consejo de Administración, fue una petición en el Consejo del pasado mes de diciembre y en próxima semana se estará presentando este informe por parte del socio tecnológico”, dijo al respecto.

Habrá que esperar al informe y confiar que, a partir de este, la visión de mediano y largo plazo en la gestión del agua en Saltillo cambie radicalmente.