Inseguridad pública: Enojo culichi aviva la hoguera del optimismo

Opinión
/ 29 enero 2025

Estoy convencido de que los días de Rubén Rocha como gobernador están contados y que está reduciéndose la capacidad bélica de ‘chapitos’ y ‘mayitos’

Para José Luis Pérez Canchola, defensor de migrantes

Los números son irrebatibles. Desde la llegada de Claudia Sheinbaum han crecido las expresiones de inconformidad pública por la inseguridad y uno de los epicentros está en Culiacán, donde en la última semana hubo dos marchas pidiendo la remoción del gobernador Rubén Rocha.

El director de Lantia Consultores, Eduardo Guerrero, me compartió el número de movilizaciones, marchas, bloqueos a vías de comunicación y toma de instalaciones en todo el país durante 2024. De acuerdo con la prensa de todo el país, en los primeros nueve meses hubo un promedio mensual de 31 incidentes en espacios públicos. En octubre se disparó a 86 y en diciembre hubo 57.

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Me detengo en Sinaloa, el paradigma de la pax narca, donde la sociedad estaba acostumbrada a coexistir con un gobierno legal y una gobernanza criminal. Las cifras de Lantia lo confirman: entre enero y agosto del año pasado hubo en Sinaloa ¡una sola ocupación de espacio público! En septiembre y octubre las cifras se dispararon a siete y ocho respectivamente, aunque se trató de bloqueos carreteros organizados por “chapitos” y “mayitos” como parte de su guerra.

Las dos marchas de la semana pasada por la paz y contra el gobernador tienen una connotación diferente. Para Adrián López, director del diario Noroeste, en Sinaloa hubo dos tipos de manifestantes. Los ligados a algún grupo político y los de una mayoría de ciudadanos hartos de la violencia criminal y de la incapacidad del gobierno estatal de Rubén Rocha para detenerla. En la primera participaron unas 5 mil personas, en la segunda 5 mil. El crecimiento es notable. ¿Por qué?

En Sinaloa, el Gobierno Federal está ensayando una estrategia multidimensional que requiere un documento más extenso. En tanto concluye su elaboración, adelanto que las cifras apuntan a una reducción y contención de los delitos y de la manera como se cometen. Por ejemplo, los intensos patrullajes gubernamentales han reducido los enfrentamientos entre los grupos en pugna y han hecho más seguro el tráfico por las principales carreteras. ¿Eso redujo el miedo y facilitó la explosión de enojo culichi?

Un factor adicional es que las marchas a favor de la paz y contra la ineficiencia gubernamental se empalmaron con la primera semana de Donald Trump en la presidencia. Llega con la mira puesta en las organizaciones criminales, lo cual refuerza la intensa colaboración que ya se venía dando entre las dependencias de seguridad de México y Estados Unidos. Una relación imposible de ocultar, pese a los esfuerzos por mantenerla en un bajo perfil por la fractura que hay en la opinión pública sobre este tema.

A finales de 2024, el 46 por ciento de la sociedad mexicana estaba de acuerdo con que las agencias gubernamentales de Estados Unidos se involucraran en el combate a las organizaciones criminales mexicanas. El 50 por ciento se oponía. Mientras que un 47 por ciento reprobaba la labor del Gobierno Federal para enfrentar la inseguridad en su ciudad (Reforma, 23 de diciembre de 2024).

A la espera de ver si cambian los humores sociales, vale la pena recordar que las mayorías nacionales tienen ahora una pésima opinión sobre el nuevo presidente de Estados Unidos. El 81 por ciento lo repudia y sólo el 6 por ciento lo ve con buenos ojos (El Financiero, 20 de enero de 2025).

En este reacomodo de las diversas partidas de ajedrez, cierro con algunos pronósticos que dependerán de que la sociedad mantenga, en diferentes partes del país, un nivel de participación similar o superior al observado en Culiacán.

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En primer lugar, estoy convencido de que los días de Rubén Rocha como gobernador están contados y que está reduciéndose la capacidad bélica de “chapitos” y “mayitos”. También pienso que la creciente colaboración entre las dependencias de seguridad mexicanas y estadounidenses está poniendo a la defensiva a las principales organizaciones criminales. Poco a poco, y de manera desigual, se hace evidente que es posible contener el crecimiento de la delincuencia y reducir su presencia en algunas entidades.

Aunque es un proceso de mediano y largo plazo, puede entonces concluirse que el enojo culichi aviva la hoguera del optimismo mesurado.

Comentaré esta columna en mi canal de YouTube.

@sergioaguayo

Colaboró: Erika Giselle Delgadillo Martínez

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