Instituto Nacional de Elecciones y Consultas (INEC) vs. Instituto Nacional Electoral (INE)
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Después de tres años de peleas entre López Obrador y Lorenzo Córdova (consejero presidente del INE), llegó la tan anunciada reforma electoral. No fue una novedad que quisieran desaparecer el INE, era algo que estaba más que anunciado. Pero hay algunas cosas que sí me dejan pensando y desde mi opinión sí hacen un cambio significativo al sistema político del país, lo resumo en tres puntos:
1.- Quitar plurinominales. No es un tema nuevo y pareciera un reclamo popular. Sin embargo, los plurinominales permiten mayor representación de las ideas y sobre todo políticos de carrera, es decir, personas con mayor entendimiento (y técnica) del proceso legislativo y mayores herramientas para debatir y construir consensos, esto se traduce en normas y leyes con mayor calidad. Los plurinominales son un principio básico de representación.
2.- Representación pura en ayuntamientos y reducción de regidurías. Básicamente estamos hablando de que de acuerdo con el número de votos de los partidos se le elegirán a los representantes, volveremos a elegir partidos, no personas, concentrando el poder en las decisiones de las cúpulas.
3.- Consejeros y magistrados electorales mediante voto popular propuestos por el Poder Legislativo. Con una Junta de Coordinación Política (Jucopo) que no se pone de acuerdo, terminarán siendo candidatos por cuotas que ganarán quienes puedan acarrear más votos (y tengan más dinero para hacerlo), esto cambia totalmente la lógica de quienes deben cuidar la organización de las elecciones y, por ende, el balance del poder.
En otras palabras, está federalizando completamente el sistema electoral, aumentando así la concentración del poder en él mismo, López Obrador, y en los pocos líderes de Morena. Esto es gravísimo, rompe totalmente los principios de democracia representativa, así como con el equilibrio de poderes.
Esta reforma electoral es constitucional, al igual que la reforma eléctrica, necesita la mayoría simple (50+1) para que se pueda aprobar; lo que significa que no pasará. La oposición (PRI, PAN, PRD, Movimiento Ciudadano) y algún que otro miembro del Congreso votarán en contra, tal como ocurrió ya. Entonces, ¿por qué tanto alboroto?
Ha quedado clarísimo que López Obrador es experto en comunicación política, me atrevo a decir que es eso lo que lo ha mantenido por 12 años como candidato presidencial, y lo que va en gobierno. Es un excelente candidato, por ende, siempre quiere estar en campaña, ese su mejor escenario. En este orden de ideas, tendremos la campaña al 2024 lista y el mensaje repitiéndose: “la oposición, los neoliberales, los traidores a la patria quieren defender sus privilegios como son los plurinominales, el financiamiento, los magistrados, los regidores en los municipios porque quieren vivir del erario”.
Pues sí, pero no, es mucho más complejo, señor Presidente. Lo que nos estamos jugando, ahora sí, de manera explícita, abierta y sin pelos en la lengua es defender o no el sistema político, la democracia en México.
Estoy totalmente de acuerdo en que es perfectible, eso es lo bonito de la democracia, está siempre en movimiento, en constante transformación, adaptación, porque las realidades sociales, políticas y económicas se mueven todos los días, porque las personas cambiamos todos los días. Construir sistemas más federalizados, más centrales, con mayor concentración de poder, los hace sistemas más pesados, más difíciles de cambiar, de adaptarse y eso no puede llevarnos a ningún lugar bueno en los retos que tenemos hoy, y mucho menos a los de mañana.
Siguen semanas de mucho desgaste político, y sé que más de uno de ustedes no querrá saber más de lo que se están gritando aquél o aquella política. Les prometo que tengo días que ni yo mismas quiero saber.
Sin embargo, es nuestra chamba de #CiudadanosdeTiempoCompleto escuchar las diferentes opiniones y sobre todo dialogar con nuestras familias, amistades, comunidades para organizarnos y hacer valer nuestra voz cuando algo no nos parece. Sigamos las conversaciones sobre la reforma electoral y las que vengan, pareciera que no tiene nada que ver con nuestra vida diaria, pero puede cambiar por completo la forma en que vivimos más rápido de lo que creemos.