Javier Díaz: Saltillo estrena nuevo alcalde en quien deposita su confianza
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En usted recae la responsabilidad de trabajar denodadamente con el objetivo de que la ciudad no sufra menoscabo en su caminar
Saltillo inicia una era con nuevo alcalde, cuyo puesto le otorgaron los electores saltillenses, derivado de la confianza en sus antecedentes como buen funcionario, por lo tanto, nos debe esa posición que pedimos nos la pague con buen trabajo.
Él mismo, hace apenas unos días, dio a conocer la configuración de la estructura de su gabinete, de la que podemos distinguir algunos de los designados, cuya actuación ya conocemos, y otros que observaremos con el transcurrir del tiempo.
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Vemos que el alcalde conformó una organización compuesta por directores con un perfil con experiencia administrativa, no sólo política, de manera que constituye un grupo heterogéneo, es decir, de diferentes disciplinas que, suponemos, dan sentido al formar un equipo con el fin de no provocar guerras intestinas que pudieran generar antagonismos y producir hostilidades, un grupo direccional que impida ser susceptible de resquebrajarse y pueda cancelar un futuro escalable que lo vaya transportando a horizontes superiores.
Ese equipo multidisciplinario, que nos presentó, seguramente lo decidió con base en un equilibrio de fuerzas específicas, no tanto políticas, como las fibras económicas que deben propiciar una coexistencia reflejando empatía con los señores del dinero y caminar juntos sin dificultad, aprovechando que esa puerta la tiene abierta y que es base para colaboraciones. Asimismo, debe sostener cercanía con los grupos fácticos, con los grupos políticos herederos de exgobernadores, con el sector universitario, con los intelectuales, mantener buenas relaciones con el llamado cuarto poder, es decir, con los medios de comunicación, pero sobre todo con la Iglesia, que posee una fuerza importante.
Señor Díaz, la dinámica de la región Sureste de Coahuila, principalmente Saltillo, experimenta un avance de crecimiento, cuyo ritmo ya no se detiene, pues el punto geográfico en el que está asentada es neurálgico para el progreso que ha sabido aprovechar, no tanto por preferencias gubernamentales, que desde luego son muy importantes, cuya sinergia con los inversores han dado resultados extraordinarios.
Sabe que el Saltillo es asiento de una gran cantidad de empresas, cuyos empleados y sus familias viven aquí, por lo tanto, en usted recae la responsabilidad de trabajar denodadamente con el objetivo de que la ciudad no sufra menoscabo en su caminar.
Los nuevos miembros del gobierno municipal que usted escogió deben ostentar ciertas cualidades, como tener una honorabilidad pecuniaria, una honestidad patrimonial a toda prueba y la demostración de una capacidad en el desempeño de un trabajo técnicamente bien hecho.
Existen algunos políticos, principalmente los que son cabeza de cierto nivel de gobierno y algunos menores también, que cuando acceden a esos puestos hacen de lado la bondad y la humildad adoptados durante sus campañas políticas, y una vez en funciones se conducen en medio de la prepotencia y la arrogancia, confundiendo lo que es mandar con gobernar.
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Nuestra ciudad debe ser empujada por un verdadero líder que luche por llevarla a mejores sitios y por extensión a sus habitantes, un líder que gobierne no que mande, pues mandar es una forma de ejercer el poder mediante una imposición sin tomar en cuenta opiniones, mientras que el gobernar es el ejercicio de consensuar con el pueblo, incluso con la oposición, dejando de lado actitudes delirantes que muestren un espectáculo frívolo que pueda conducirlo al fracaso, y en su lugar procurar un buen gobierno que le retribuya a la ciudadanía caminos de porvenir pagándole de esa forma la preferencia que le demostraron al escogerlo a usted como su guía en el quehacer de la ciudad.
Saltillo debe tener un líder político que por sus cualidades sea bien visto y aceptado por los ciudadanos de manera que lo encuadren en lo que dijo Churchill “un buen político es aquel, que tras haber sido comprado, sigue siendo comprable”
Se lo digo EN SERIO.
franciscoaguirreperales@gmail.com