La consulta sobre la seguridad pública. La militarización de las calles y la democracia
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Ahora sí ya sacó el cobre, como diría mi abuelito. Sin pelos en la lengua, tras “no tiene los votos” del Senado la semana pasada para pasar la Ley que aprueba al Ejército en las calles, López Obrador anunció en la mañanera de esta semana que realizará una consulta para saber qué opina la gente sobre el tema de la militarización de la seguridad pública. Lo interesante es que no la organizará el INE (quien legalmente es la autoridad competente para eso), lo hará el partido Morena y la Secretaría de Gobernación (Segob).
¿Cuál es la diferencia que la consulta la organice la Segob o el Instituto Nacional Electoral (INE)?
El INE antes era el IFE, el IFE nació en 1990, a raíz de que el PRI perdió la mayoría en el Congreso en 1988. Antes de que existieran, todas las elecciones en México las organizaba Segob, y siempre ganaba el PRI. De ahí la famosa “caída del sistema” de 1988, donde Bartlett (sí, el mismo que está en CFE ahorita), dijo que algo le había pasado a la computadora/al sistema y ya no se podían contar los votos. Ese fue el parteaguas para que las demandas ciudadanas de décadas independizaran al sistema electoral del gobierno en turno, con un órgano autónomo. Así nacieron nuestros órganos autónomos (INE, INAI, COFECE, etc). Entonces no se trata solamente de que no sea legal que la organice Morena y Segob, se trata de revivir la historia de cómo funcionaba el sistema político en el país antes de la llegada de la alternancia al poder.
López Obrador ya dijo que los resultados de dicha consulta no serán vinculantes, es decir, no tendrán como consecuencia ningún cambio en la Ley o en algún programa público. Entonces, ¿para qué una consulta? Dos motivos principales.
1. Legitimidad y presión política. Sin duda será más fácil para López Obrador y sus aliados defender la reforma porque el pueblo la pide, la quiere. Ganar legitimidad no le estorba a nadie y le da fuerza a su argumento de “traidores del patria” para todos aquellas personas que están en contra de lo que él piensa o quiere.
2. Deslegitimar al INE y el proceso electoral. A mí no me cuentan otra vez esta historia. Si algo hemos aprendido estos 3 años con López Obrador es que no la brinca sin huarache y todos sus movimientos tienen un porqué. Él sabe perfectamente que los votos no los va a tener porque la consulta va a convencer a los legisladores por lo que el “pueblo bueno” quiere. Los va a persuadir a través del cabildeo de todo el aparato del Estado como lo ha estado haciendo: extorsiones, favores políticos, intercambio de información/carpetas de investigación. Lo que realmente está buscando es decirle a todo el mundo que no necesitamos al INE que es carísimo y no hace su trabajo como diría. Está listo para afirmar que la austeridad republicana necesita que los procesos electorales vuelvan a la Segob.
México es una democracia federal representativa, no lo olvidemos y de ahí tenemos que partir este análisis. Cada vez que hay elecciones, nosotros, las ciudadanas y ciudadanos entregamos un voto de confianza a nuestros representantes para que tomen decisiones y actúen bajo nuestro interés. Por eso se dice “representativa” y “federal”, porque lo que se decide en CDMX afecta a cada rincón del país, somos un país conformado por entidades federativas (32 estados). No es menor lo que está ocurriendo, estamos dando pasos, cada vez más grandes y rápidos, a retroceder en la democracia que habíamos venido construyendo como país en los últimos 20 años. Nos toca a todas y todos defender nuestras instituciones, conversar y analizar, hacer nuestra chamba de #CiudadanosdeTiempoCompleto.