La crisis de México: a 127 años del natalicio de Daniel Cosío Villegas

Opinión
/ 28 julio 2025

Esperemos que el legado de ‘Andy’ no sea la Silla presidencial, ni que el legado de Morena sea la crisis revolucionaria que anunció Cosío Villegas

Este 23 de julio se cumplió el 127 aniversario del nacimiento de Daniel Cosío Villegas, intelectual mexicano difícil de categorizar, ya que, aunque estudió derecho, fue pionero de la economía, la sociología y la ciencia política en México. Asimismo, se inmortalizó en las letras mexicanas por su labor como historiador y ensayista crítico del régimen priista, en una época en la que la libertad de expresión estaba coartada. Su trascendencia también se traslada al ámbito de las instituciones culturales y educativas en el país, ya que fundó el Fondo de Cultura Económica (FCE), El Colegio de México y la Facultad de Economía de la UNAM.

Cosío Villegas atisbó prontamente la esclerotización del régimen post “revolucionario” del PRI, provocada principalmente por la corrupción de su clase política y por dejar en vilo las principales metas de la Revolución: libertad política, reforma agraria y organización obrera. En su ensayo “La crisis de México” —escrita en noviembre de 1946, a un mes de la toma de protesta de Miguel Alemán, y publicada en marzo de 1947, cuando ya era presidente—, reflexionó sobre el abandono por parte de la “Gran Familia Revolucionaria” de su ideario político original.

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A casi 80 años de la publicación de este texto, su relectura no pierde vigencia. Como ejercicio imaginativo, podemos figurarnos que en lugar de la palabra “Revolución” dijese “Cuarta Transformación”, y pareciera que Cosío Villegas describe la coyuntura política actual: “Así, una general corrupción administrativa, ostentosa y agraviante, cobijada siempre bajo un manto de impunidad al que sólo puede aspirar la más acrisolada virtud, ha dado al traste con todo el Programa de la Revolución”. Los ejemplos para mostrar la actualidad de esta afirmación en el proyecto morenista son sobrados.

Por mencionar el caso más inmediato, destaca la polémica en torno al senador Adán Augusto López Hernández y a su exsecretario de seguridad cuando aquel fue gobernador de Tabasco, Hernán Bermúdez, a quien se le investiga por liderar el grupo delincuencial “La Barredora”. En palabras de Cosío Villegas: “la Revolución ha dejado ya de inspirar la fe que toda carta de navegación da para mantener en su puesto al piloto; a eso debe añadirse que los hombres de la Revolución han agotado su autoridad moral y política”.

El desgaste de la autoridad moral de los políticos de la 4T no tiene como únicas causas la corrupción y la impunidad, también la incongruencia con su principio de “austeridad republicana” instituido por AMLO. En 1946, Cosío Villegas escribió sobre la “paradoja de que un gobierno que hacía ondear la bandera reivindicadora de un pueblo pobre, fuera el que creara, por la prevaricación, por el robo y el peculado, una nueva burguesía”.

La aseveración anterior tiene la misma vigencia hoy que hace casi 80 años. Este 20 de julio se celebró la sesión extraordinaria del Consejo Nacional de Morena; los grandes ausentes: Andrés Manuel López Beltrán —secretario de Organización de Morena e hijo del expresidente— y Ricardo Monreal, líder de la bancada morenista en la Cámara de Diputados. Hoy sabemos que ambos vacacionaban en lujosos hoteles fuera del país: López Beltrán en Tokio y Ricardo Monreal en Madrid. Dos ejemplos contemporáneos de la explotación discursiva del pueblo para la consolidación de una nueva burguesía, como expuso Cosío Villegas.

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En sus últimos años, durante el sexenio de Luis Echeverría, el historiador publicó su ensayo “El Sistema Político Mexicano”, en donde acuñó su famosa fórmula para describir al régimen presidencialista del PRI, la cual se trata de una “Monarquía Absoluta Sexenal y Hereditaria en Línea Transversal”. La transversalidad del priato se refería a que el poder se heredaba por “dedazo” dentro de la Gran Familia Revolucionaria, pero nunca por consanguinidad.

Hoy día, incluso podemos poner en duda ese límite y cuestionarnos si no estamos también ante una herencia en línea descendente. En junio, el secretario de partido Andrés Manuel López Beltrán, molesto de que le dijeran “Andy”, solicitó que lo llamaran por su nombre completo para respetar su legado. Expresó que los medios “saben lo que vale el nombre y saben lo que vale el legado de Andrés Manuel López Obrador... El llamarme Andy es demeritar eso, quitarme ese legado”.

Legar es heredar, dejar a alguien algo en testamento. Esperemos que el legado de “Andy” no sea la Silla presidencial, ni que el legado de Morena sea la crisis revolucionaria que anunció Cosío Villegas.

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