La Declaración de Oaxaca
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No deja de sorprenderme el número de víctimas y el monto de los daños materiales que ocasionan los huracanes en esta temporada del año. Recientemente el huracán “Ian” provocó en el estado de Florida, Estados Unidos, más de 100 muertes y un daño económico que puede alcanzar los 65 mil millones de dólares. Pero esto sucede cada año, la diferencia es el lugar donde impactan los huracanes y su intensidad. Nuestro país también ha sufrido varias veces los estragos de estos fenómenos naturales.
Es un hecho que las tormentas tropicales se han vuelto más intensas y más frecuentes. De acuerdo con especialistas, el calentamiento del océano es un factor esencial porque las aguas templadas de la superficie del océano son las que alimentan a los huracanes.
Como otras naciones, el Estado mexicano se ha comprometido a realizar diversas acciones para evitar que la temperatura media anual rebase el límite de 1.5 grados centígrados conforme a lo determinado en el Acuerdo de París sobre el Cambio Climático y, de esta manera, lograr las metas establecidas en la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible.
Sin embargo, es evidente que la política del Gobierno federal no está dirigida a cambiar los sistemas energéticos de los combustibles fósiles por energías renovables, como la solar o la eólica. Por ello, se advierte poca efectividad en las acciones dispersas y carentes de coordinación que varias autoridades y representantes de la sociedad civil llevan a cabo para dar cumplimiento a los compromisos internacionales.
En este contexto, debe reconocerse la “Declaración de Oaxaca” que se construyó en septiembre, en la Asamblea General de la Organización Latinoamericana y del Caribe de Entidades Fiscalizadoras Superiores (OLACEFS), auspiciada en Oaxaca por la Auditoría Superior de la Federación. El documento destaca el papel fundamental que tienen las entidades fiscalizadoras para llevar a cabo auditorías para la reducción de riesgos, el ejercicio correcto de los recursos destinados a combatir el cambio climático y, en general, para el fortalecimiento de la rendición de cuentas en los ámbitos de restauración ecológica, planificación y gestión.
Por lo pronto la tormenta tropical Julia, proveniente del Océano Pacífico, provocará lluvias muy fuertes en el sur de nuestro país. Ya hemos sido testigos de auténticos desastres meteorológicos que pueden ser evitados. ¿Cuántos fenómenos más deben impactarnos para hacer algo al respecto?