La discriminación, un mal que se debe erradicar
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Desde hace años, Coahuila se ha caracterizado por ser una de las entidades que más ha avanzado al reconocer sus derechos a grupos minoritarios que históricamente habían sido relegados en la sociedad.
La entidad fue una de las primeras que aprobó las uniones entre personas del mismo sexo. También ha sido uno de los actores clave en promover el acceso al aborto legal para aquellas mujeres que, por libertad propia, deciden recurrir a uno.
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Por todo ello, resulta digno de subrayarse el fenómeno que detectó el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), en su Encuesta Nacional sobre Discriminación (ENADIS): la discriminación está aumentando.
Si bien el incremento puede considerarse marginal, al pasar de 15.7 a 20.3 por ciento, para estos tiempos de inclusión que vivimos, cualquier alza en estas acciones es algo que resulta indeseable.
Grupos poblacionales como aquellos que viven con VIH/SIDA, personas trans, integrantes de la comunidad LGBTTTIQA+, así como población indígena o migrante, siguen viviendo un histórico mal de la humanidad: la discriminación.
Por todo esto resulta hasta cierto punto increíble que en una de las entidades que más han fomentado el acceso a derechos y libertades de todos los sectores poblacionales, ahora reporte un incremento en este tipo de acciones.
Ya que esto no es un simple hecho anecdótico, relegar a una persona ha llegado a escalar hasta el punto en que ésta no puede acceder a sus derechos más elementales porque alguien no se siente a gusto conviviendo.
En este escenario, desde los poderes establecidos se han robustecido los marcos legales para que todas las personas puedan acceder a sus más elementales derechos, sin embargo, como sociedad estamos fallando en que todos tengamos acceso a ello.
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Las nuevas generaciones han sido un sector poblacional más abierto a convivir con todos, sin importar su orientación sexual o su origen étnico, inclusive ensanchando las formas en que se pueden identificar.
Este ejemplo de poder convivir todos dentro de una sociedad debe permear, para que nuestra comunidad sea un mejor lugar para vivir.
Por más competitividad, mejores salarios, mayores inversiones y mayor seguridad que la entidad tenga, todo esto de poco servirá para aquellas personas que no pueden convivir en nuestra sociedad, ya que son discriminadas por cualquier elemento de su vida.
Es una tarea pendiente que como sociedad nos queda por impulsar para que Coahuila sea un mejor lugar para vivir.