Como en la cervantina Ínsula de Barataria, que Sancho Panza gobernó en su fantasía por 10 días, Martí Batres, jefe de Gobierno sustituto de la Ciudad de México, parece empeñado en hacer historia durante los 17 meses que estará a cargo, y surgir de ello como legítimo custodio de la cuarta transformación una vez que el presidente López Obrador concluya su mandato.
Batres Guadarrama ha prendido alertas en Palacio, en el equipo de la candidata presidencial Claudia Sheinbaum y en la dirigencia de Morena, debido a una gestión que enfatiza su protagonismo, enrarece la gobernabilidad y pone en riesgo la suerte electoral del oficialismo en la capital del país, conducida por gobiernos de izquierdas desde 1997, hace 26 años.
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Las huellas digitales de Batres han sido detectadas en el sabotaje a proyectos cercanos a Sheinbaum Pardo. Se le sabe, por ejemplo, cruzado de brazos ante la defenestración de la exfiscal Ernestina Godoy, que atrajo el relevo en favor de Ulises Lara, cuñado del propio Batres y padre del hijo de la ahora ministra Lenia Batres.
Desde el sector empresarial se reporta la cancelación, atribuida a Batres, de inversiones acordadas bajo el periodo de la doctora Sheinbaum por conducto de su secretaria de Administración y Finanzas, Luz Elena González, una de las figuras más acreditadas y cercanas en el entorno de la aspirante presidencial.
De acuerdo con fuentes confiables, González Escobar fue propuesta en su momento por Sheinbaum al presidente López Obrador como gobernante sustituta. Fue el mandatario tabasqueño quien decidió impulsar, en cambio, a Batres, por sus presuntas habilidades como operador político. Ya lo había impuesto como secretario de Gobierno en 1991 tras el descalabro electoral de 2021. Si entonces se le encomendó el rescate, ahora tendría que responsabilizarlo de un nuevo tropiezo ante las urnas.
Durante los cuatro años que Omar García Harfuch estuvo a cargo de la seguridad en la ciudad, la interlocución con Batres fue aislada, y nula desde julio pasado en que Sheinbaum pidió licencia. Ha sido documentado el fuego amigo desatado por Batres contra aquel funcionario, que se extendió hasta evitar que un cercano a García Harfuch fuera designado como sustituto. En el anecdotario de las travesuras ideológicas de don Martí figura el atribuido apoyo para la promoción de la agencia rusa de noticias RT (Russia Today), que acapara anuncios espectaculares en la metrópoli.
Batres fue firme aspirante a suceder a Marcelo Ebrard en la capital en 2012, pero en septiembre de 2011 fue virtualmente cesado cuando −sabiéndose perdedor de la candidatura ante Miguel Mancera− condenó públicamente a su jefe, entonces cabeza de la Conferencia Nacional de Gobernadores (Conago), por haber acudido al informe de labores del otrora presidente Felipe Calderón y darle un saludo de mano.
En el actual balance, puede asumirse que la propia relación entre Batres y Sheinbaum se halla poco menos que rota, lo que no obsta para que los cercanos al funcionario lo presenten como futuro secretario de Gobernación si ella gana la Presidencia, lo que no podría entenderse más que como una imposición de López Obrador en favor de don Martí. El autonombrado guardián de la 4T.
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Apuntes: Las condiciones bajo las que arranca la contienda política por la ciudad de México y sus 16 alcaldías están empujando ajustes de última hora, entre ellos la inminente proyección de Francisco Chíguil como suplente de Omar García Harfuch para una senaduría, lo que le garantizaría un escaño si éste ingresara al eventual gabinete de Claudia Sheinbaum. Chíguil es una suerte de cacique de la política en la demarcación capitalina de Gustavo A. Madero, el mayor granero de votos después de Iztapalapa. De confirmarse este escenario, quedaría en vilo el futuro de Adrián Rubalcava, el controvertido exalcalde de Cuajimalpa, que esperaba un premio mayor por su traición al PRI para entregarse a Morena.