La libertad y las decisiones, aún cuando las decisiones implican a otras personas que no están capacitadas para decidir por ellos mismos

Opinión
/ 23 octubre 2025

¿Te has preguntado por qué o para qué mantenemos vivas a las personas? Tal vez en algún momento de la vida te encontrarás de cara a una decisión, sabiendo que no se trata de bueno o malo, ni de correcto ni incorrecto, sino de intuición y actos de desapego y amor. ¿Qué estás dispuesto a hacer por amor, pero amor al otro, no por tu propia necesidad? Sé que pensamos que hacemos mucho por los demás. En mi caso no estoy muy segura de que eso sea cierto. O tal vez sí. A veces hacer por el otro tiene que ver con hacer algo que no es lo que es mejor para mí, o con lo cual no estoy de acuerdo. Lo que desearía para mí no es, necesariamente, lo que alguien más querrá para él o ella.

En una decisión que tomamos para alguien que no está en condiciones para tomarla solo, entramos en un proceso que implica el impulso, el corazón y la mente. Hacemos lo mejor que podemos, lo que nos permite nuestros recursos. No podremos darle gusto a todos, tal vez a nadie, ni siquiera a nosotros mismos. Al llegar a este punto la situación ya es crítica, por supuesto. Y a veces optamos por no comprometernos con una decisión clara y firme. Siento que en muchas ocasiones se aprecia el hecho de que alguien se comprometa con una decisión, con una declaración, a veces diciendo justo lo que nadie más quiere decir, o tal vez ni pensar.

No es necesario que todos seamos capaces de tomar estas decisiones. Y creo que a veces habrá que hacernos a un lado para que quien puede decidir lo haga. ¿Complicado? Sí. Pero mientras el indeciso tome una determinación, pasa el tiempo y en ocasiones la opción de decidir se pasa, dejándonos a la merced de... tal vez la suerte. En la aplicación de la libertad está implícita la opción de decidir. Justo la definición de “libertad” incluye, en su definición, la habilidad de tomar decisiones de manera responsable. Y sí, aceptaré la responsabilidad de las decisiones que voy a tomar en estos días, y siempre. Creo que he adquirido suficiente madurez. ¿Y tú?

Nacida en Detroit, MI el 25 de mayo de 1956. Residente de Saltillo desde 1974. Maestra y traductora por necesidad. Psicoterapeuta, empresaria, poeta, actriz y administradora de Foro Amapola porque la vida es dinámica. Madre de 4, abuela de 5. En 18 años de formación como psicoterapeuta ha hecho especialidades que incluyen terapia psico-corporal y Gestalt. Idealista insistente y ser humano en constante movimiento.

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