En cada elección a la gubernatura el planteamiento para nominar a los candidatos, que convirtieron al Congreso local en un centro de alabanza, obedecía a una fórmula sencilla, y es que estos se anexaban a la popularidad y mecanismo del candidato a gobernador, así podían aumentar el número de votos a su favor en cada distrito.
A partir de la elección de 2017 en Coahuila y ante la debacle de popularidad de Riquelme y la elección amañada (perdón, le di para atrás para agarrar vuelo), el PRI se dio cuenta que la estrategia debería de cambiar a fin de que fueran los ministros de culto de alabanza o dizque diputados los que atrajeran la fuerza en los distritos hacia la elección grande.
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Así, perdiendo el PRI en 2017 la mayoría en las diputaciones, ya que obtuvo 10 contra 12 de la oposición, principalmente por parte de PAN, se tuvo que afinar el método para seleccionar adecuadamente a los candidatos a legislador local y el experimento mayor se dio en 2020, cuando a través de negociaciones el PAN entregó plazas, Morena subió en las votaciones y la UDC bajó a 1. De esa manera, el PRI aumentó de 6 a 16 miembros, Morena bajó de 4 a 2, el PAN redujo de 6 a 3 y el Verde, consentido del profesor, se mantuvo en un diputado.
La base estadística para analizar la actual campaña refiere que en 2017 fueron emitidos en el estado 875 mil 947 votos, de los cuales 436 mil fueron para el PRI, 86 mil al PAN, 170 mil a Morena,11.8 mil a MC, 31 mil a la UDC y 16 mil al PT, lo anterior en razón a que son los partidos que participan hoy día, bueno olvide al PRD, pero por ellos votaron la comadre y sus dos sobrinos y “tan, tan y ya”, como dijo su compadre.
Los bastiones del PRI siguieron siendo los distritos de Saltillo, a los que se sumaron Torreón y Matamoros con sus 32 mil votos permanentes.
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Cabe mencionar que en los distritos de la región sureste (4) el PRI sumó 112 mil votos, pero el diputado que más votos acarreó a ese partido fue el del distrito 7, con 41 mil sufragios, después La Laguna aportó 109 mil sufragios al revolucionario institucional.
La ecuación cambió en definitiva con la pretendida alianza de incompatibles de este 2023, ya que originó que de los diputados que correspondían al PRI (16), más los de mentiritas, tuvieron que conformarse con 9, y así le dieron al PAN cinco y al PRD dos, aunque son en realidad del mismo PRI. ¡Haya cosa!
Este garapiñado está provocando en la misma militancia del PRI en La Laguna y Centro un descontento que bien pueden aprovechar los candidatos de oposición, tanto de Morena como del PT.
La jugada del MC de no participar en la elección de gobernador y hacer comparsa con el PT en lo oscuro y lanzar candidatos a diputados, es solamente para conservar la plaza en Coahuila y por ende las participaciones. Sus candidatos son todos jóvenes, pero les falta tiempo para una campaña ganadora.
En las filas del PT se están impulsando fuertemente las campañas tanto de Pancho Gaytán como las de Yazmín García y Miroslava Sánchez como cabezas de puente.
En Morena se busca tener al menos tres diputados y así se enfocan en Jacobo Rodríguez, César Flores y Rodolfo Walss. Por su parte, la UDC apuntala dos: Héctor de Luna e Ignacio Corona.
Y como queriendo demostrar a la gente que el moreirato no existe, el PRI lanza a sus candidatos Álvaro Moreira, quien al parecer es pariente de Humberto y Rubén; a Edna Dávalos, exdirigente juvenil en tiempos de Rubén en el partido; Luz Morales, exsecretaria de las mujeres de Rubén Moreira; Bárbara Cepeda, extitular de una oficialía del Registro Civil otorgada por Rubén; Lauro Villarreal, jefe de la oficina del gobernador Moreira grande; María Eugenia Calderón, nombrada representante del ICATEC por RMV; Gladys Ayala, quien fue designada notaria por RMV y el junior Blas Flores González, hijo del exrector de la UAdeC en tiempos de RMV. Haya cosa, pero tonto que es uno.
Un pronóstico reservado y lleno de sorpresas podría ser esta elección al centro de alabanza del que solamente se manejan estadísticas internas, que hasta quien parecería ser el más seguro para el PRI anda trastabillando en Matamoros por parte de las huestes del PT. Al tiempo.
En manos de la ciudadanía estará el destrabar las cortinas de hierro que los actuales diputados han bajado sobre los temas pendientes de Coahuila, entre otros: los desaparecidos y los documentos de la deuda fatal. Su voto madurado podría abrir la caja de pandora o enterrarla para siempre.