La tijera filosa: los recortes presupuestales a Coahuila

Opinión
/ 5 noviembre 2023

En lo que va del actual sexenio, las participaciones federales para Coahuila y sus municipios han disminuido en más de 23 mil millones de pesos, de acuerdo con información publicada por VANGUARDIA el pasado 29 de octubre. Con este argumento, el Congreso local autorizó un incremento al Impuesto Sobre Nómina (ISN) del dos al tres por ciento; un aumento del 50 por ciento, una cifra considerable.

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La reducción de las transferencias federales hacia nuestra entidad es una de las dos hojas de la tijera, por cierto, bastante filosa. La otra hoja corresponde a la sangría de recursos del servicio de la deuda local, que ascendió en el periodo comprendido entre 2019 y 2023 a 24 mil 243 millones de pesos. Sumando los dos efectos de este afilado instrumento, se tiene una cifra superior los 47 mil millones de pesos en los cinco años considerados, lo que arroja una cantidad anual promedio cercana a los 9 mil 500 millones de pesos.

Lo anterior significa una hemorragia de dinero que ha colocado en una posición sumamente frágil a las finanzas de Coahuila, y que explica algunas acciones recientes en materia financiera, mediante las cuales el gobierno saliente busca aligerar la carga al entrante. Por ejemplo, el pasado mes de agosto la Secretaría de Finanzas saldó los pasivos de corto plazo, para lo cual debió desembolsar poco más de 3 mil 300 millones de pesos. Esto en cumplimiento a la Ley de Disciplina Financiera que así lo establece en su artículo 30.

Otra acción es la reciente decisión ya referida sobre el ISN, cuyos fondos que serán manejados mediante dos fideicomisos, deberán asignarse para obras de infraestructura, una parte y la otra para seguridad pública, salud y educación. Las decisiones se tomarán con la participación del gobierno, los empresarios y organismos de la sociedad civil. En este sentido, las partes no oficiales, deberán vigilar que los recursos captados por este impuesto sean asignados con transparencia y eficacia para los fines establecidos, sin permitir ni ser omisos, de haber desviaciones en los mismos.

Estas dos acciones van en el sentido correcto, sin embargo, resultan insuficientes ante la magnitud de las restricciones existentes y las que se presentarán probablemente el próximo año. ¿Por qué son insuficientes? Simplemente el boquete en las finanzas estatales es por ahora, aproximadamente de 9 mil 500 millones de pesos al año, y si la estimación de lo que pudiera recaudarse adicionalmente por el ISN es de mil 500 millones de pesos, quedaría todavía un hueco de 8 mil millones.

¿Cómo viene el año entrante? Por la parte del gobierno federal, muy poco se puede esperar, ya que además de las elecciones presidenciales, lo que pudiese implicar asignaciones extraoficiales a la campaña de la señora Sheinbaum, los 170 mil millones de pesos que irán a parar al bote de la basura en apoyos a Pemex —casi tres veces el presupuesto de Coahuila de este año— lo destinado a las obras consentidas y posiblemente algo para la reconstrucción de Acapulco; y digo algo, porque esto último no será prioritario, a menos que haya riesgo de pérdida de votos. En resumen, el panorama luce precario, como diría la “Locha”.

Por el lado del gasto, se requiere una cirugía para extirpar adiposidades que afectan el buen funcionamiento del organismo financiero en rubros como gasto corriente, servicios personales y publicidad, donde se podrían liberar con suerte, unos 500 millones de pesos, que sumado a los ingresos adicionales del ISN llegarían a dos mil millones, quedando todavía un faltante estimado en 7 mil 500 millones. Ojalá que no le tiemble la mano al cirujano.

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Esta debilidad financiera se traduce en costos ocultos en perjuicio de la población, al recibir menos obras y servicios del gobierno, o que éstos sean de menor cobertura y/o calidad; para muestra un botón: ni siquiera hay dinero para contar con el equipo necesario para medir la calidad del aire.

El verdadero regalo de Santa Clos, sería que el próximo año la amortización de capital y los intereses bajaran un 50 por ciento, liberando algo así como 3 mil 200 millones de pesos, pero estamos hablando de una utopía. Lo cierto es que la tijera salió filosa, las heridas han sido profundas, el paciente ha perdido mucha sangre y padece una severa anemia. ¡Suerte matador!

Redondeo: Otis fue de categoría 5, pero la 4T de 50 o más.

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