1970, bajo la lupa del presupuesto
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Se dice que los números son fríos y aburridos, que son tema de contadores, economistas, actuarios e ingenieros, quizá no lo sean si los observamos bajo una óptica diferente. En este artículo, tomando como hilo conductor el presupuesto de egresos de Coahuila de 1970, cuyo monto fue de 140 millones de pesos nominales, mostramos una fotografía que nos transporta a ese tiempo; a un viaje al pasado.
En enero de ese año, la administración de Eulalio Gutiérrez Treviño tenía un mes de iniciada, y el Gobernador percibía un sueldo mensual de 10 mil pesos, el Secretario General de Gobierno, Óscar Villegas Rico, 8 mil pesos, los diputados tres mil quinientos, y el Cajero General de la Tesorería, 3 mil 993 pesos. Aquí abro un paréntesis.
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Durante muchos años, Manuel Rodríguez tuvo bajo su responsabilidad la caja de dicha dependencia, un puesto que desempeñó con gran eficiencia, honestidad y excelente actitud de servicio; fue en pocas palabras un servidor público ejemplar, que puso muy alta la vara para medir a los empleados del gobierno. Sirvan estas líneas como un modesto homenaje a su memoria.
Varios colegas economistas formaron parte de ese gobierno, como el Tesorero Carlos Ayala, el director de Ingresos Enrique Martínez, José Luis Moreno y Luis Antonio Valdés. Algunos estudiantes de la escuela de Economía: Óscar Rodríguez Borrego, Jaime Guevara, Roberto Serna, Isidoro Flores, Antonio Yado y por un breve tiempo Roberto Chávez, trabajaron en Catastro, bajo la dirección de Armando Guadiana. En esa oficina había una preferencia gastronómica por las gorditas del “Corazón de Jesús”, establecimiento ubicado en ese tiempo frente a los separos de la policía, donde ofició el legendario Santana Jiménez.
En 1970, la partida para prensa y publicidad ascendió a 420 mil pesos, con la leyenda “lo que se justifique”. En el rubro de pensiones figuraban los familiares del General Arnulfo González, con 800 pesos mensuales. En obras directas del gobierno del estado, destacaba lo asignado a la preparatoria “Venustiano Carranza” de Torreón, con cinco millones de pesos, así como obras para el medio rural, por 500 mil pesos.
Otros conceptos como los de reparación y acondicionamiento de edificios públicos, 800 mil pesos, y el Hospital Universitario de Torreón, con 2.1 millones de pesos. Una institución de gran trayectoria en la educación, la Escuela Primaria Anexa a la Normal, cuyo director tenía un sueldo de 2 mil 450 pesos, contaba con una plantilla de 18 profesores, los que percibían 2 mil 130 pesos al mes. Eran docentes con gran vocación, que educaron con calidad a varias generaciones de quienes llegaron a ser destacados profesionistas.
En otro renglón del gasto aparecen los maestros comisionados -una plaga endémica-, por un total anual de un millón, 20 mil pesos. Ese año fue de maravilla para la entonces Universidad de Coahuila, ya que el subsidio ascendió a 17 millones de pesos; el 12 por ciento del presupuesto total del gobierno; actualmente dicho porcentaje ronda el seis por ciento. Al Hospital Civil de Saltillo —hoy Hospital Universitario-, le fueron asignados 1.5 millones de pesos.
En 1970 no aparece la partida de la deuda pública, lo que significa que la administración de Braulio Fernández Aguirre no dejó pasivos. Sin embargo, en el presupuesto del año 1971 ya figuró en los egresos la cantidad de un millón y medio de pesos por concepto de amortización de créditos. Para 1975, el último año del gobierno de Eulalio Gutiérrez, la cifra se había incrementado a 50.4 millones de pesos, presagiando la crisis que explotaría en noviembre de ese año.
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Doña Margarita Talamás estuvo al frente del DIF estatal, teniendo don Eulalio, a Mario Garay como secretario y a los “Magueyes” de Jorge Masso, como sede de las reuniones; oficiales y no oficiales de esa administración, que inició con buenos auspicios, terminando con un quebranto financiero que empeoró la relación entre Gutiérrez Treviño y su sucesor Flores Tapia.
Surgen las preguntas: ¿Importa el estilo personal de gobernar? ¿Puede marcar la diferencia, que un gobernador como Braulio Fernández revisara personalmente los números, y otro como don Eulalio, que al parecer, confiando en sus colaboradores, delegó esta supervisión?
Encuesta Vanguardia
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