Las encuestas presidenciales: las buenas, las malas y las peores
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Se terminó la polémica de las encuestas. Ahora sí, ante los resultados del pasado 2 de junio, podemos saber cuáles son las encuestadoras serias, cuáles las que no tienen tino y cuáles las que simplemente defraudaron a sus clientes, al público o simplemente cumplían una instrucción que nada tiene que ver con la verdad.
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Vayamos pues a los números:
En resumen, casi todas las encuestas fueron acertadas en el sentido de la votación, excepto Massive Caller que resultó ser una vacilada. Aunque siempre se escudó en su innovadora metodología de robot telefónico para dar salida al posible error. México Elige pierde mucho prestigio. Deja de ser una encuestadora seria para convertirse en panfleto de campaña. GEA – ISA creo que se salva por decir la verdad en el sentido de la proyección, aunque parece evidente que recibieron presión, para que la diferencia entra candidatas no fuera tan grande.
Buendía/El Universal, El Financiero y Ática estaban claros de la victoria de Claudia Sheinbaum, pero ¿Habrán dudado y optaron por ajustarse a un 10 por ciento de ventaja? Conste que es pregunta.
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Los ganadores son Mitofsky, Oraculus/El País, Reforma y Covarrubias/El Heraldo. Ésta última, sin duda, fue la más acertada, ganadora indiscutible. Reforma se alza con una victoria moral, su público no se cansó de atacarlos, perdieron credibilidad, seguro también suscriptores y al final los hechos le dieron la razón.
Encuestadoras más o menos, aciertos o errores, ejercicios de mera propaganda o sondeos profesionales, los resultados están a la vista, que sean elementos para una reflexión madura y no factor de inquinas estériles. ¿Aprenderemos a lidiar con la terca realidad?
