‘No me quiero morir’: La tragedia de Dante Emiliano minimizada por el Presidente

En medio de una situación que las autoridades no consiguen o no desean esclarecer, el 21 de mayo pasado, a las afueras de su domicilio en la cabecera municipal de Paraíso, Tabasco, fue asesinado Dante Emiliano, un pequeño de apenas 12 años de edad. En la mañanera, el Presidente habló de esta tragedia en los siguientes términos:

“Muy lamentable lo que sucedió, en mi tierra, en Paraíso, este, con este niño, eh, nada más, este, pero no tiene que ver con lo del supuesto secuestro de la madre. Básicamente fue a él, creo que quisieron llevárselo a él, y salió uno de ellos de los del carro y le dispararon, pero no es lo del secuestro, porque ayer este se habló mucho de eso, sin ninguna prueba, y pues aunque se enojen, como estamos en temporada electoral y todo lo que sea para perjudicarme a mí, más que es mi estado, pues, los corruptos están muy enojados... magnifican mucho todo lo relacionado con violencia, ¿qué se puede esperar de esta gente que tienen como Dios al dinero? Los vuelve locos el dinero, los obnubila el dinero...”.

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En cierta forma, el Presidente sólo habla del asesinato del pequeño en el primer párrafo, repito: “Muy lamentable lo que sucedió, en mi tierra, en Paraíso, este, con este niño... creo que quisieron llevárselo a él...”.

El resto de sus palabras, absolutamente todo, sólo se ocupa de su persona, de sus “enemigos” y de los tiempos electorales que están por terminar. La tragedia del pequeño y de su familia, el miedo que se enseñorea de Paraíso y sus alrededores le son ajenos, entran a su espacio sólo porque dan pie a nuevos ataques de sus enemigos. En la psique del Presidente no hay otra explicación. Todo gira en torno a su persona, todo acontece para afectarlo o para beneficiarlo.

Ni siquiera mencionó a Dante Emiliano por su nombre, se refirió al pequeño así: “con este niño”. No envió mensaje alguno de condolencia a su familia y amigos, vaya ni siquiera condenó a los criminales, homicidas e infanticidas. Según AMLO, la tragedia sólo es importante porque dio herramientas a sus enemigos para atacarlo. “...Y pues aunque se enojen, como estamos en temporada electoral y todo lo que sea para perjudicarme a mí, más que es mi estado, pues, los corruptos están muy enojados... magnifican mucho todo lo relacionado con violencia, ¿qué se puede esperar de esta gente que tienen como Dios al dinero? Los vuelve locos el dinero, los obnubila el dinero...”.

La violencia que arrancó la vida a Emiliano llamó la atención de la prensa nacional e internacional gracias a la videograbación del momento en que el pequeño agonizaba en la calle, ayudado por algunas personas. Son conmovedoras sus últimas palabras: “no me quiero morir”, dichas por un pequeño de 12 años, que ya no podrá jugar, divertirse, aprender y hacer deporte, víctima de una delincuencia fuera de control, víctima de una violencia que azota al país entero.

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En Tabasco, el Presidente manda sin cortapisa alguna. Su partido tiene, y por mucho, el control absoluto del poder político. Goza de un respaldo ciudadano fuera de toda duda. Tiene sobre sí la responsabilidad total que deriva de semejante poder. La inseguridad pública ha sido el principal azote de los tabasqueños y de casi todo el resto del Sureste. Hoy es Emiliano, un niño que, con su muerte violenta, vino a dar a los adversarios del Presidente herramientas para criticarlo. ¡Qué barbaridad!, pobre Presidente, ¡cómo lo atacan! ¿Qué tal el absurdo?

X: @chuyramirez