Las prerrogativas a los partidos políticos y sus desvíos
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Por estos días, la autoridad electoral en el país empezará con la revisión de los gastos relativos a la jornada electiva pasada con el fin de dejar limpio ese renglón, aunque como generalmente sucede, de seguro habrá partidos que serán llamados a que comprueben si existen dudas o faltantes para que sean aclarados.
Todas las leyes son perfectibles, por lo tanto es necesario que se lleven a cabo algunas reformas que incidan en el apartado referente a las prerrogativas que les son conferidas para sufragar los gastos necesarios en las campañas políticas de los candidatos.
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Algunos cambios que supongo puedan ser incluidos en las normas, son aquellos referentes a las cantidades que no pueden ser comprobadas, por lo que sería conveniente y justo que les fueran exigidas o de lo contrario rebajadas de la siguiente elección en la misma proporción incomprobable, ya que pueden ser montos disfrazados que van a parar a manos de algunos dirigentes que medran con ellas.
Además de las reformas a los asuntos económicos, considero que también sean analizados en el apartado correspondiente, las formas para la constitución de los partidos, pues la existencia de una cantidad importante de ellos daña la vida democrática de nuestro país.
No se malinterprete, en nuestro país debemos fomentar lo que es una democracia participativa con una reglamentación que realmente sea explícita, que instaure caminos lisos para llevar una vida electoral donde participe más activamente la ciudadanía en forma decisiva y en la que sea respetado fehacientemente su voto libre sin que sea producto de recompensas provenientes de las arcas públicas, es decir, propugnar por una reforma que realmente respete el sufragio sin coacciones que resulte en los partidos un negocio lucrativo.
Ya se habla aquí en Coahuila de la constitución de cinco partidos más que van a solicitar autorización para su registro y si a eso le agrega los existentes sumarán cerca de diez partidos en pugna. O en venta. Según algunos autores consultados, dicen que sería sano entre tres y cinco partidos.
La cantidad de partidos sólo representa una pluralidad de ideologías plasmadas en el papel, pues si algún partido hipócritamente aduce ser empático con otro, lo hace mediante declaraciones públicas de similitud de ideas invitándolo a que se le adhiera, nada más que en la realidad esas ideas son simuladas, pues es notorio que lo hace bajo el interés de obtener cuotas de poder político y económico. Economía de mercado de oferta y demanda. Recordemos que la política es abundante en traiciones.
El partidismo en lugar de beneficiar y remarcar lo que es la democracia, la abarata, pues cuantos menos partidos existan más se tiene la oportunidad de consolidar lo que en esencia es una democracia participativa concediéndole su sentido propio, el cual contribuye a vivificarla.
Entiéndase, es fundamental que la democracia participativa realmente tenga características transparentes donde se privilegie el poder del pueblo ejercido a través de los representantes escogidos libremente y sin que haya de por medio una imposición premiada con dinero que le prohíba su derecho a pensar, pero que apoye al candidato que le indiquen.
La democracia participativa para que sea llamada de esa forma es necesario que se cumpla con todas las ramas de que está compuesta, como el derecho a escoger a los que representen al ciudadano haciéndolo recipiendario del poder político otorgado por el elector sin ser ejercido por éste, sino que lo adquiere por medio de sus representantes que eligió mediante el sufragio.
En suma, la legislación debe sufrir cambios sustantivos en sus diferentes rubros como en lo económico, en la estructura propia de los partidos políticos, en la organización de las elecciones y en las posiciones políticas y legislativas que sean determinadas en forma cuantitativa y en su composición en todos los puestos de elección popular cuya observancia deberá contribuir a vivir en armonía.
Se lo digo EN SERIO.
franciscoaguirreperales@gmail.com
@aguirreperalesf