Las tradiciones mexicanas se imponen en los días de difuntos

Opinión
/ 13 octubre 2024

Ya están próximos los días dedicados a los fieles difuntos. Oficialmente el 2 de noviembre es el Día de Muertos, porque el 1 es el Día de Todos los Santos, pero como la población del país crece vertiginosamente y también el número de muertos, la preparación y los rituales se extienden por varios días y se hace necesario extender la festividad en los calendarios. Para la generalidad de los mexicanos, la muerte, más que objeto de miedo lo es de veneración, advertencia y culto, y hasta de sátira, burla y risa. Los muertos, en cambio, inspiran miedo y respeto, y son objeto de recordación, rezos y sufragios.

Dos sentencias universales indican las vertientes del tratamiento que el hombre le ha dado al tema: la misma terminación de la vida y la representación simbólica de la muerte. La primera es la más conocida universalmente e implica que desde el principio de su existencia el hombre carga con su muerte para al final convertirse en ceniza. Así lo marca la sentencia del Génesis que los católicos recordamos cada Miércoles de Ceniza en el rito de inicio de la Cuaresma: “Pulvis est et in pulverem reverteris” (Polvo eres y en polvo te convertirás). La segunda es “El triunfo de la muerte”, un viejo aforismo representado simbólicamente en el imaginero popular por la muerte personificada en un esqueleto coronado, símbolo de su victoria sobre la vida, que va en una carreta tirada por un hombre en lugar de por una bestia.

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La personificación de la muerte como símbolo ha sufrido muchas variantes a través de la historia. En la mitología griega su simbolismo se extiende hasta la arbitrariedad de la fortuna en las manos de las tres diosas del destino, las Moiras, hijas del Erebo y de la Noche: Cloto hila el hilo de las vidas, Láquesis mide la longitud del hilo y distribuye las suertes, y Átropos corta el hilo de la vida con sus tijeras. Después los antiguos griegos representaron a la muerte en dos figuras de profundo significado, primero en la persona de un hermoso efebo, un joven de aspecto juvenil, hijo de la Noche y hermano del Sueño, y luego en la figura del genio que lleva una antorcha apagada. Los romanos la representaron en las Parcas, diosas de los alumbramientos que presiden el destino de los hombres, y las llamaron Nona, Décima y Morta, por los oficios que desempeñaban. La tradición cristiana occidental no representó muertos, sino resucitados en los primeros tiempos, para cambiar después el simbolismo y expresarse en los monumentos funerarios representando al difunto, no a la muerte propiamente.

Objeto de inspiración, la muerte ha sido tema infinito para los poetas. En el siglo 17, el español Luis de Góngora escribía ante el sepulcro de la Marquesa de Lerma: “Ayer, deidad humana, hoy poca tierra:/ aras ayer, hoy túmulo. ¡Oh mortales!”. Y en pleno siglo 20, el mexicano Miguel Guardia dedicó varios sonetos a la muerte. Aquí unos fragmentos: “Juntaremos las bocas lentamente/ mientras afuera se despinta el día:/ yo habré de ser tan tuyo como mía/ serás en tu caricia ciegamente.../ En este amor atávico y sombrío/ la eternidad será sólo un segundo/ para fundir tu corazón y el mío./ No existirá la pena de perderte/ porque habremos atado muy profundo/ nuestras eternas soledades, Muerte”.

El Instituto Municipal de Cultura de Saltillo ya anunció en días pasados el Festival Ánimas del Desierto 2024, con una cantidad impresionante de eventos por toda la ciudad, más de 90 actividades, del 26 de octubre al 8 de noviembre: los tradicionales Altares monumentales de Muerto en la escalinata de Santa Anita y Parque Las Maravillas; las calaveras artísticas y catrinas monumentales en distintos lugares, el Festival Paso de las Mariposas Monarca con distintas instalaciones y Pan de Muerto monumental en Paseo Capital, los Alebrijes de artistas locales, ciclos de cine en parques y otros espacios cerrados, performance musicales, representación de leyendas, cuentacuentos, talleres de sensibilización plástica con temas relativos, teatro, presentaciones de libros, concierto de Aída Cuevas en la plaza Ciudades Hermanas el 7 de noviembre. Actividades para todos y en coordinación con instituciones oficiales, colectivos, Universidad Carolina, y todo Saltillo. Las tradiciones mexicanas se extienden y arraigan más cada año.

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