Los ángeles paren demonios que devorarán a Trump
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El éxito distractor de Trump es momentáneo. Prendió ya la chispa de la insurrección al interior de su país en estados puntuales con larga experiencia para organizarse y manifestarse de forma masiva
El pasado 6 de junio, el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) de Estados Unidos realizó redadas migratorias en zonas con alta población migrante en Los Ángeles, California: 100 personas fueron arrestadas; 42 eran mexicanos.
Las redadas tenían un sello distintivo: detener con violencia irracional a personas de piel morena, con estatus migratorio legal o no.
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Para justificarlas, Donald Trump militarizó la política de migración y desmanteló el sistema de asilo para definir a los migrantes, desde su campaña, como “invasores, delincuentes que vienen de prisiones y cárceles, asesinos a largo plazo, traficantes de drogas, violadores, animales y no personas” (CNN: 3-04-2025).
Un dato detiene con ironía la rueda de la historia para sugerir su repetición: ese mismo día, pero de 1944, en el llamado “Día D”, las fuerzas aliadas −integradas por Gran Bretaña, Francia, la URSS y EU− desembarcaron en las playas de Normandía, Francia, para iniciar la liberación de la Europa Occidental de la ocupación nazi que compartía con Trump argumentos similares: el ultranacionalismo contra Europa, que ahora es Make America Great Again (Hacer América Grande de Nuevo, a partir de un imperialismo del S21); el racismo contra gitanos y polacos, que ahora es contra migrantes; y el antisemitismo contra judíos, que ahora es xenofobia contra personas extranjeras o culturalmente diversas.
Justo es recordarlo: los 11 millones de personas asesinadas por los nazis pasaron por un proceso de deshumanización y devaluación para justificar su “necesaria” desaparición.
Del 6 al 14 de junio de 2025, los ángeles parieron demonios o, en un sentido bíblico, los ángeles mensajeros de Dios y los ángeles caídos −soldados de Satanás− aparecieron en las mismas calles angelinas, donde retumbaban los ecos de disturbios raciales de comunidades afroamericanas contra la brutalidad policial racista y abusiva.
Los disturbios de Watts (1965): 34 muertos y mil heridos; los de Los Ángeles (1992): 63 muertos y 2 mil heridos, y los ocasionados por la muerte del afroamericano George Floyd (2020), cuyo fallecimiento desató un movimiento nacional, Black Lives Matter (Las vidas de los afroamericanos importan).
Del 6 al 14 de junio emergieron, a lo largo y ancho del país, mil 800 manifestaciones para protestar contra la política migrante de Trump. En cada una de ellas se enarboló el lema “No Kings” (No queremos Reyes en EU) para caminar y gritar desde su corazón e inteligencia: “Trump debe irse ahora” en las calles de Los Ángeles, Austin, Boston, Chicago, Dallas, Pensilvania, Houston, Las Vegas, San Antonio, San Francisco, Nueva York y Madison, Wisconsin, entre otras ciudades de EU.
¿Cómo explicar el encono trumpiano contra los migrantes y Los Ángeles? Trump afirma la consistencia entre sus promesas de campaña y su ejercicio de gobierno para ampliar y polarizar su electorado, integrado por 55 por ciento de población anglosajona (contra 45 por ciento que no votó por él), 45 por ciento hispana o latina (contra 55 por ciento que no sufrago por él) y 38 por ciento asiática (contra 62 por ciento que tampoco lo eligió).
También busca distraer al electorado en tres aspectos de política interna: 1) evitar que su ruptura con Elon Musk provoque una pérdida de confianza de los inversionistas en EU. 2) Impedir críticas por su política fiscal que ha beneficiado a grandes empresarios y multimillonarios y por las exoneraciones fiscales millonarias otorgadas, en particular, a la industria automotriz, para compensar los aranceles impuestos.
3) Eliminar cuestionamientos por los recortes significativos en el sistema de salud por 11 mil millones de dólares que afectará a programas clave: Medicaid (salud para personas de bajos ingresos), investigación médica (mil 660 proyectos cancelados) y salud pública (salud reproductiva).
Los Ángeles es, además, el bastión progresista anti-Trump de la costa oeste de EU, y su gobernador, Gavin Newsom, desde antes de los disturbios, ya era considerado fuerte candidato demócrata a la presidencia en 2028.
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El éxito distractor de Trump es momentáneo. Prendió ya la chispa de la insurrección al interior de su país en estados puntuales con larga experiencia para organizarse y manifestarse de forma masiva.
Por ello, cualquier intento de represión avivará la hoguera; mientras esperan estos conflictos globales: Rusia y Ucrania; OTAN y la Comunidad Europea; China, Corea, Medio Oriente, y la disputa por el Canal de Panamá y Groenlandia.
Sin duda, los ángeles parieron demonios que, tarde o temprano, devorarán a Trump.
La esperanza es que el costo no sea alto para los estadounidenses y la humanidad.