Los Judas que merecen el fuego purificador

Opinión
/ 31 marzo 2024

La quema de Judas es una tradición de Semana Santa que se ha ido perdiendo en el tiempo. Una costumbre donde el pueblo suele representar a los políticos corruptos o personajes deleznables con monigotes que luego queman en la plaza o los mercados a manera de denuncia pública y escarnio que los señala como personajes nocivos de la sociedad.

Aunque vale decir que nunca será justa la comparación de Judas Iscariote con personajes tan mediocres como son ciertos políticos, diputados, jueces, ministerios públicos, notarios, policías, líderes sindicales, etc. Y es que nuestros Judas son tan pequeños que ni siquiera han aprendido a colgarse y mucho menos a quemarse a sí mismos como bonzo budista.

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En Parras de la Fuente se recuerda que la “Quema de Judas” se realizaba en las esquinas del mercado municipal el sábado de Gloria. Basta recordar la algarabía del pueblo por la mordaz representación política.

Qué difícil es encontrar para Judas Iscariote algún paliativo de su horrendo destino. Judas ha sido calificado a través de los siglos como el más infame de los canallas, el artífice de la gran traición. Sin embargo Judas, al ver que Cristo era condenado, devolvió las treinta monedas y se ahorcó. Judas se convirtió en el receptáculo de un odio que nunca termina. Pero así estaba profetizado: “Aún el hombre de mi paz, en quien yo confiaba, el que de mi pan comía, alzó contra mí el calcañar” (Salmos 41:9). ¿Por qué un hombre es predestinado a cargar con tan inmensa maldición? Bueno, al menos Judas fue un eslabón en la redención de la humanidad.

Pero los personajes que ayer debieron ser quemados cual Judas de Cuaresma siguen sin mostrar ni pizca de arrepentimiento, de culpa o el mínimo deseo de colgarse. Son burlescos, cínicos, reincidentes, de ambición desmedida, laxos en cumplir la ley, remisos de la redención. Y ayer con su chamusquina hubieran servido, al menos, de tema didáctico para ilustrar todo aquello que pudre a la sociedad coahuilense y que jamás debería ser aceptado.

Y así debió ser quemado un “Charreola” de Jurisprudencia como Judas traidor de la UAdeC. Igual otro “Charreola” del poder Judicial por graves acusaciones de mapacheo electoral y peores violaciones según acusan manifestantes feministas.

Otros Judas a quemar son varios miembros del Notariado de Coahuila por graves faltas como traición a la fe pública, estafa, falsificación, despojo, asociación delictuosa y robo. Algunos de estos Judas son incombustibles al fuego purificador y siguen cometiendo delitos y defraudando. Ellos son los notarios Escalante, Farías, Aguirre, Durán, Carmona, Yáñez, Prado, Flores, De las Fuentes y el Judas político por antonomasia: Shamir. Pero hay más en los distritos notariales del estado que son de muy difícil combustión.

¿A qué monigotes del Poder Judicial de Coahuila colgaría usted frente a catedral para ser quemados por prevaricadores? Sobran propuestas pues este poder está catalogado como uno de los más corruptos de México, según la opinión imparcial del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM y un tal “Charreola”, como ya dijimos, encabeza una larga fila de Judas judiciales hacia la chamusquina.

Y el Poder Legislativo de Coahuila no se salva, ahí hay mucho material combustible de las leyes laxas, la simulación y la reticencia a reformar leyes urgentes como la del Notariado de Coahuila donde ya opera el crimen organizado inmobiliario. Y no, nunca será justo comparar al gran Judas Iscariote con estos atorrantes traidores. ¡Feliz domingo de Pascua!

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