Los tejedores y los errores. ¿Sigo tejiendo o destejo para arreglar la equivocación? ¿De qué depende mi decisión?

Opinión
/ 2 noviembre 2025

Cuando alguien teje con frecuencia llega un momento, ya con la pieza muy avanzada, que encuentra que se ha equivocado en alguna puntada o cambio o vuelta. Darse cuenta del error es solamente el primer paso en un proceso inevitable. El tejedor tendrá que determinar si el error es algo que puede permanecer sin problema, o si es un error que afecta la funcionalidad de la pieza. Tal vez se quedará y tal vez veremos al tejedor destejer un pedazo más que menos considerable para volver a comenzar de ese punto para adelante. También es cierto que a veces la pieza ya terminada no será de nuestro agrado y la desharemos por completo, o la archivaremos y no la usaremos. Puede ser que la frustración nos llevará a dejar de tejer y tomar otro pasatiempo.

En una ocasión mi mamá le hizo un suéter a mi padrastro. Era un suéter rojo tejido con estambre grueso y agujas gruesas. La intención era que lo usara cuando iba de cacería. Mi madre era una tejedora espléndida, pero ese suéter fue una experiencia que provocó risas. Salió enorme. Mi padrastro jamás lo usó. Permaneció en un clóset muchos años hasta que un día lo agarré y lo usé yo. “Oversized” y muy de moda en ese momento. Lo usé hasta que se acabó.

Hoy se me ocurrió que al tejer nuestras vidas pasan cosas parecidas. Nos equivocamos y tenemos que considerar si hay algo que corregir o si bien podemos construir sobre el error, o lo que vemos como error. No todos los errores son malos. Algunos nos llevan a experiencias muy interesantes. Solo en retrospecto sabremos. Ni mi mamá ni mi padrastro se imaginaban que ese suéter se volvería mi favorito por años. Él se reía cada vez que lo veía. “No puedo creer que estás usando esa cosa.”

¿Cómo y con qué estás tejiendo tu vida hoy? Se me ha antojado hacer una cobija con trapillo. ¿Qué representará eso en mi vida? Hago la pregunta y se me ocurre que tiene que ver con la comodidad. También pienso que las ganas de tejer tiene que ver con un esfuerzo por reconocer parte de mi historia, una parte que ya pasó, como el suéter rojo.

Nacida en Detroit, MI el 25 de mayo de 1956. Residente de Saltillo desde 1974. Maestra y traductora por necesidad. Psicoterapeuta, empresaria, poeta, actriz y administradora de Foro Amapola porque la vida es dinámica. Madre de 4, abuela de 5. En 18 años de formación como psicoterapeuta ha hecho especialidades que incluyen terapia psico-corporal y Gestalt. Idealista insistente y ser humano en constante movimiento.

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