Los trabajadores pobres en México
La primera distinción que salta a la vista es que la pobreza laboral incide en mayor medida en los habitantes del campo, afectando a más de la mitad de la población (52 %), mientras que en las áreas urbanas es 18 puntos porcentuales menor (33.9 %)
Cada trimestre, el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL) da a conocer el porcentaje de la población en situación de pobreza laboral, la cual se produce cuando el ingreso laboral del hogar no es suficiente para satisfacer las necesidades alimenticias mínimas de los miembros del hogar (medidas por la Línea de Pobreza Extrema por Ingresos). En el segundo trimestre de este año la pobreza laboral en el país ascendió a 38.3 por ciento, su nivel más bajo desde el inicio de la pandemia del COVID-19.
Para tener una mejor idea de cómo afecta a los diversos grupos poblacionales y regiones del país la pobreza laboral es pertinente examinar algunas cifras del perfil de esta variable en México.
La primera distinción que salta a la vista es que la pobreza laboral incide en mayor medida en los habitantes del campo, afectando a más de la mitad de la población (52 %), mientras que en las áreas urbanas es 18 puntos porcentuales menor (33.9 %). En cuanto al género del jefe del hogar, los hogares encabezados por mujeres tienen una mayor tasa de pobreza laboral (42.1 %) que los hogares encabezados por hombres (36.8 %).
Tomando como base únicamente el ingreso laboral de las personas ocupadas (es decir, sin considerar el resto de los miembros de su hogar), se observa que 15.8 por ciento de las mujeres tienen un ingreso laboral menor al costo de una canasta alimentaria, mientras que esta proporción es de 10 por ciento para el caso de los hombres.
El mayor contraste en las cifras de pobreza laboral en la población ocupada se observa según su pertenencia a un grupo étnico, ya que mientras que en los municipios indígenas (aquellos en los que la población indígena es mayor o igual al 40 % de su población total), 40.2 por ciento de la población ocupada tiene un ingreso menor a la línea de pobreza extrema, en los municipios no indígenas esta cifra asciende a 9.9 por ciento.
En cuanto a los grupos de edad de los ocupados, es de destacar que son los adolescentes (de 12 a 17 años) y las personas mayores de 65 años quienes sufren mayor pobreza laboral, destacando los primeros con una tasa de pobreza laboral de 45.5 por ciento, mientras que los segundos tienen una tasa de pobreza laboral de 28.3 por ciento.
Uno de los factores más importantes para explicar la pobreza laboral es la calidad del empleo, específicamente si se trata de un empleo formal o informal. De esta forma, mientras que solamente el 0.7 por ciento de los trabajadores formales tiene un ingreso menor a la línea de pobreza extrema, la correspondiente cifra para los trabajadores informales es mucho mayor, ascendiendo a 20.6 por ciento.
Es importante señalar que la reducción registrada en la tasa de pobreza laboral en el país (de 38.8 por ciento en el primer trimestre de este año a 38.3 por ciento en el segundo trimestre) se dio a pesar del fuerte incremento en los precios de los alimentos.
El costo de la canasta alimentaria urbana aumentó 12.8 por ciento entre julio de 2021 y el mismo mes de 2022, alcanzando un valor de $2042.9 por persona por mes. La disminución de la tasa de pobreza laboral fue posible gracias a la disminución de la tasa de desocupación registrada en el período mencionado y al incremento de la participación laboral de la población en todos los rangos de edad, ya que el ingreso laboral real promedio de los ocupados se redujo uno por ciento en el caso de los hombres y dos por ciento en el caso de las mujeres.
Entre las cifras proporcionadas por el Coneval, además de las anteriores, hay algunas de mediano y largo plazo que vale la pena señalar. Por ejemplo, entre 2005 (año en que empieza la información de pobreza laboral publicada por el Coneval) y 2022, el ingreso laboral real per cápita (deflactado utilizando el índice de precios de la canasta alimentaria) se redujo 11 por ciento, lo que significa que se ha reducido el poder adquisitivo del ingreso laboral de las familias de los trabajadores en estos 17 años.
A su vez, la tasa de pobreza laboral en el país entre 2005 y 2022 se mantuvo prácticamente en el mismo nivel, al reducirse solamente medio punto porcentual, pasando de 38.8 % en el segundo trimestre de 2005 a 38.3 % en el segundo trimestre de 2022.
En resumen, el fenómeno de los trabajadores pobres es un tema económico y social de la mayor importancia en nuestro país, ya que tiene serias implicaciones no solo sobre la equidad sino en la generación de incentivos al trabajo en las personas y en la cohesión social, puesto que el tener un empleo y trabajar duro no es garantía para que el trabajador y su familia no caigan en la pobreza.
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