Mi “muchosidad” es lo más valioso que tengo. Y la tuya es lo más valioso que tienes. ¡He dicho!

Opinión
/ 11 diciembre 2025

“¡No pierdas tu muchosidad! Atte: El Sombrerero” Este fue un mensaje que recibí en respuesta a algo que escribí y compartí en redes sociales. Para quienes quieren leer más de mí, síganme. A veces me da por narrar mi vida, mi historia. ¿Por qué hago eso? ¿Por qué me comparto tanto? Es una buena pregunta. Una mejor pregunta es “¿para qué?” Cuando hablamos del “por qué”, hablamos de razones y justificaciones. Al hablar del “para qué”, toco la intencionalidad de mis acciones y mis decisiones. Y yo escribo y me comparto para ser vista. Es mi manera de resolver una necesidad básica que no fue satisfecha de niña. O sea, estoy trabajando en mi trauma infantil. ¿Al trabajar el trauma infantil, no se supone que desaparece y ya no necesitamos eso? ¡Ajá! Al trabajar una necesidad no satisfecha, buscamos por nuestros medios satisfacer la necesidad, no negarla. Así que me comparto con textos, fotos, información que nadie necesita pero que me pone en su mirada, no siempre, pero con frecuencia en su mirada amorosa, como la mirada de la persona que me respondió que no perdiera mi “muchosidad”. Por cierto, fue mi hija. Ser vista por los hijos, realmente vista, es una satisfacción enorme. Me da muchísima emoción.

La palabra “muchosidad” es una expresión de lo que el Sombrerero veía en Alice, y es una maravilla pensar que alguien ve en mí la “muchosidad”.

Acabo de leer una publicación en la que una mujer se apaga y se achica en respuesta a lo que ella interpreta como la incomodidad de otros ante la parte de ella que es grande, la parte que ocupa espacio y hace ruido. Muchos hemos hecho eso. Luego leí otra publicación que narra cómo una mujer fue bloqueada por un amigo porque compartió una cena “fina” que ella se regaló en un momento en que él no tenía dinero. ¡Demonios, pues! Sí es difícil a veces celebrar lo grande de alguien más. Celebrar los logros y la vida de otros no se nos da fácilmente. Pero, ¿eso qué tiene que ver con esos logros? Nada. No tengo que esconderme porque tal vez incomode a alguien...simplemente no.

Nacida en Detroit, MI el 25 de mayo de 1956. Residente de Saltillo desde 1974. Maestra y traductora por necesidad. Psicoterapeuta, empresaria, poeta, actriz y administradora de Foro Amapola porque la vida es dinámica. Madre de 4, abuela de 5. En 18 años de formación como psicoterapeuta ha hecho especialidades que incluyen terapia psico-corporal y Gestalt. Idealista insistente y ser humano en constante movimiento.

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