Mirador 01/11/2024
COMPARTIR
TEMAS
La noche es potrereña, según se dice por acá. Eso significa que es fresca sin llegar a fría, con cielo limpio que permite ver la luna y las estrellas.
En la cocina de la casa del rancho hemos gozado los sencillos pero sabrosos condumios de la cena. Ahora las señoras beben un té de yerbanís, y los señores una copa de mezcal.
Don Abundo relata uno de los hechos de doña Rosa, su mujer.
-Se acostaba siempre antes que yo, y me decía: “Ya que andas parado tráeme un vaso de agua”. O: “Ya que andas parado tráeme mis pastillas”. O: “Ya que andas parado tráeme el bicarbonato”. Y así todas las noches. Cansado de eso una noche entré a gatas a la recámara. Me dijo: “Ya que andas a gatas tráeme la bacinica”.
Reímos todos, menos doña Rosa. Ella se atufa y masculla con enojo:
-Viejo hablador.
Don Abundio figura con índice y pulgar el signo de la cruz, se lo lleva a los labios y jura:
-Por ésta.
¡Hasta mañana!...