Mirador 18/03/2023
Ayer muy de mañana fui al huerto de los nogales.
No despertaba el rancho todavía. Y quizá no despertaba todavía yo, porque equivoqué el camino y fui a dar al rincón donde se halla el nogal grande.
¿Qué edad tiene este árbol? Don Abundio dice que ya era árbol cuando él era niño aún, y que su padre le contaba que solía buscar su sombra en los días de la canícula. Meño, que tiene un poco de aire en la cabeza, dice que el nogal tiene 10 mil años. Pero cuando le preguntan cuántos años tiene él contesta siempre:
-El mes que entra cumplo mil.
Yo pienso que la edad de los árboles no importa, como tampoco importan mucho los años de los hombres. Los dos son pasajeros, como las nubes, como el agua del río, como la vida. A los hombres nos quedan los recuerdos. ¿Recordarán los árboles? Si este nogal recuerda seguramente se acordará del niño que se acuerda de él.
Me acerco al nogal viejo. En una de sus ramas ha aparecido un brote. Es el primero que veo. Quizás no equivoqué el camino. Quizás el viejo árbol me esperaba para anunciarme la nueva primavera.
¡Hasta mañana!...
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