Mirador 26/02/2024
Verde el monte. Verde el valle. Verdes las labores en el Potrero de Ábrego. Nos visitó Dios hecho lluvia y nos dejó la promesa del pienso para los animales y el pan para nosotros en la mesa. También el cielo debería estar verde.
Cuando las cosas van bien se alarga la tertulia después de la cena en la casa del rancho. Doña Rosa cuenta un suceso de don Abundio, su marido.
-Un día el padre Noel lo felicitó. Le dijo: “¡Qué conservado estás, Abundio! ¡Cumpliste ya los 80 años, y no tienes ni una arruga!”. Le contestó él: “Uh, padre. Es que no me ha visto donde se me juntaron todas”.
Reímos la ocurrencia, pero se atufa don Abundio. Masculla con enojo:
-Vieja habladora.
Doña Rosa junta los dedos índice y pulgar para figurar el signo de la cruz; se lo lleva a los labios y jura:
-Por ésta.
¡Hasta mañana!...