De pronto se escucharon pasos en el corredor. ‘¡Mi marido! –exclamó ella asustada–. ¡Rápido, toma tus cosas y salta por la ventana! Opuso él: ‘¡Pero estamos en el piso 13!’
La señorita Himenia, célibe de edad, invitó a merendar en su casa a don Acisclo, su maduro vecino. Le dijo: ‘Espero, amigo mío, que no vaya usted a aprovecharse de que vivo sola’
‘Cuando hago el amor contigo pienso que estoy con otra mujer. Sólo así logro excitarme y llegar al orgasmo’. Esa inusitada confesión le hizo el marido a su esposa
Don Cucurulo, señor octogenario, casó con Tirilita, madura dama de su misma edad. El día del casorio le indicó: ‘Haremos el amor dos veces al año, una en verano y en invierno la otra’
Don Frustracio, el marido de doña Frigidia, le comentó a un amigo: ‘Después de 10 años de casados por fin anoche mi esposa y yo tuvimos compatibilidad sexual’