‘Es un hombre lujurioso, lascivo, impúdico, lúbrico y libidinoso que ha seducido a incontables mujeres valido de sus artes de hábil y consumado amante’
Cuál no sería su sorpresa –inédita expresión– cuando vio a su mujer, lady Loosebloomers, embracilada en el lecho conyugal con Wellh Ung, el pelirrojo mancebo
Estoy leyendo entre risas y sonrisas un libro delicioso, ‘El Divino Chupe’, obra de Enrique Heras y de su hermano Chava... Doy gracias a ellos por las sonrisas que con su divertido libro me obsequiaron
No era él, le dijo, hombre para andar en esos sitios. Estaba dedicado, lo sabía ella muy bien, a su trabajo de contable... Pero ella se empecinó en su pretensión
‘Todas las mañanas voy a la calle Gladiola, de la colonia Floreta. En cada casa hay una esposa desatendida por su marido y ansiosa de compañía. Ahí es donde hago mis conquistas’
El galán era soñador; sabidora la muchacha. Llegaron a un bello paraje de frondosos árboles y verde hierba... El romántico joven evocó el Poema Número 20 de Neruda
‘Cuidado –le dijo el señor a la señora en la cocina–. Estás friendo los huevos con demasiado aceite...’. La señora se molestó: ‘¿Acaso piensas que no sé cocinar un par de huevos?’
Su flamante desposada iba a la cama todas las noches llevando un moñito en la cabeza. Le preguntó, curioso: ‘¿Por qué siempre te pones ese moño al acostarte?’