Momo

Opinión
/ 24 octubre 2021

Momo es una niña con antecedentes ignotos, pero que no los necesita. De manera desconocida llegó a la ciudad y se instaló en las ruinas de lo que fue un anfiteatro. Su aspecto descuidado hace juego con sus holgadas ropas que le abonan en comodidad lo que le restan en apariencia. Sabedora de su efimeridad, desconfía del aspecto exterior. Además, Momo posee cualidades que se encuentran en bancarrota: sabe escuchar, divertirse y disfruta del presente con la simpleza de quien hace verdadero usufructo de su capacidad de apreciación y asombro.

La vida citadina en la urbe donde vive Momo se ve amenazada con la lóbrega llegada de los Hombres Grises, una serie de hampones con patente de corso cuyo business es la acumulación del tiempo ajeno bajo chantajes en torno a la productividad intensiva y el falso aprovechamiento de las horas. Momo, junto con el maestro Hora y la tortuga Casiopea, se tendrá que enfrentar a esta camarilla de usurpadores para recuperar, no solo a sus amigos, sino también al tiempo perdido, el disfrute de la vida, el amor, la justicia, la belleza, la verdad y la libertad.

La capacidad de fabulación de Michael Ende capta de inmediato la atención de quien se aventure a navegar entre las páginas de este libro, que es incapaz de dejar indiferente a quien acepte el reto de devorarlo, ya que invita a la reflexión sobre el tiempo y el aprovechamiento de este, el cual perpetuamente se ve amenazado por sus voraces hermanos gemelos: el pasado y el futuro. Ambos le quitan el pan de la boca y lo condenan a una desnutrición que lo enferma y le hace morir en vida por inanición, convirtiéndose así en un zombi pusilánime. Confirmando con ello -una vez más- que leer es resistir.

Momo

Michael Ende

2016

Alfaguara infantil

320 pp

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