Mujeres al frente de los vinos de Coahuila

Opinión
/ 23 septiembre 2025

En medio del desierto donde los atardeceres son un sarape de Saltillo, esa manta que todo lo cubre, se encuentra un viñedo cargado de historia y anécdotas. Algo propiamente admirable es su enóloga Debany Torres Villa, nacida en Parras de La Fuente.

Un orgullo no sólo para la región, pues es la enóloga catalogada como la más joven de Latinoamérica. Estudió la carrera de vitivinicultura en la UTP, fue la primer matricula. Se especializó en Chile en la Universidad de Talca. Ella está en el mundo del vino porque le apasionan sus posibilidades, ya que en su tiempo era la única carrera de este ramo en México.

También ha sido la primera mujer inscrita para realizar postgrado en estudios vitivinícolas y además de crear vinos premiados para el orgullo coahuilense y no dejar mal parado al Lic. Salomón Abredop actual presidente del Consejo Vitivinicola Mexicano (CMV), a esta puesta de uvas en medio de la nada (con una gran historia detrás que ya contaré de la Hacienda Florida en los valles de General Cepeda).

Hace unos ocho años, la historiadora Teresa Mora invitó a Don Víctor Amaro al primer diplomado en vinos y gastronomía avalado por la UAdeC —hasta la fecha el único— y lo realizamos su servidora y esta gran conocedora del ramo.

Ahí entregamos los diplomas del cierre, en lo que era tan solo un solar con techo. Recuerdo que lleve paella para los alumnos graduados y llevamos cometas para volar entre los viñedos. Un atardecer espectacular y cerramos con una gran noche de estrellas. Esa belleza que pocos apreciamos de las zonas áridas. Don Víctor llevaba algunas pruebas en bolsas de plástico que tomábamos como una gran bota de vino.

Hablábamos de vino, del sueño de Salomón y de su familia, antes de que se pusiera la primera piedra de la gran bodega que es hoy. Sabíamos de su historia y la gran calidad de vinos que deseaban compartir. Y llega esta chiquita que alguna vez vi trepada en un tanque, mientras corría el próximo vino a disfrutar.

El vino rosado ha sido una gran sorpresa, un granache con Cabernet Sauvignon con notas cítricas, aromas a durazno que hasta sientes lo aterciopelado y que con estas próximas fechas de frío me atrevería a sugerir con un pozole de cerdo generoso, con gorditos, cachete y buche, con sus escapularios gastronómicos como la lechuga, rábanos, orégano, chilito quebrado y sus buenas tostadas. No es la primera vez que sugiero el pozole, aunque también una birria de esas que levantan a muerto no estaría nada mal o unas flautas de cochinita pibil para salir de lo mismo.

El Malbec, con estos aromas a fruta negra madura, caramelo y algunas notas lácteas como la galaxia que cruza Hacienda Florida. Este vino, más sobrio y donde siento también notas avainilladas, y poco de tostados, le pondría unas quesadillas infladitas con queso de verdad, rellenas de hongos, cubiertas con una salsa de tuétano bestialmente norteña.

Qué honor que mujeres estén destacando en un medio que solo significaba la palabra hombres. La apertura se agradece a que ellas, nuestras enólogas, pongan su energía en los mejores vinos de este país

Recuerda: “El vino no te pone mágico te pone fantástico” y “La vida es una gran receta”.

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Mayora de cocina tradicional y estudiosa de la gastronomía mexicana. Nacida en una olla de barro en ebullición con el caldo de los frijoles negros. De raíces Oaxaqueñas, viviendo en Coahuila, con matices Veracruzanos por parte de padre. Una cocina migratoria, concebida para el mismo fin: disfrutar la mesa.

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