Mundo gordiano: Problemas sin resolver y líderes sin astucia

Opinión
/ 9 marzo 2025

México enfrenta una economía estancada y en declive, un socio comercial y vecino altamente agresivo, altos niveles de inseguridad, nulo imperio de la ley (a todos niveles) y corrupción y nepotismo rampantes

Cuenta la leyenda griega de hace 2,800 años que en Frigia, una región de lo que ahora es Turquía, los habitantes consultaron al oráculo para elegir un rey que ayudara a terminar con los disturbios y la falta de paz. El oráculo indicó que el siguiente rey sería aquel que entrara por la Puerta del Este con su carreta, acompañado de un cuervo posado sobre la carreta.

Gordias cumplió con la profecía: era un campesino que circuló con su carreta por donde el oráculo predijo. Gordias no era dueño de nada más que de su carreta y sus bueyes. Estaba casado y su hijo llevaba el nombre de Midas (sí, ese Midas). Cuando lo eligen rey funda la ciudad de Gordio (sus ruinas fueron declaradas patrimonio cultural de la humanidad por la Unesco, a unos 80 kilómetros de Ankara). En señal de agradecimiento, dice la leyenda, ofrece su carreta al templo de Zeus y la amarra con un nudo muy sofisticado que escondía las puntas de la cuerda en su interior, de manera que nadie podía desatarlo y que aquel que llegara a encontrar la forma de deshacerlo conquistaría a toda Asia.

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Unos 400 años después, alrededor del 333 a.C., Alejandro Magno conquista Frigia y le presentan el reto de desatar el famoso nudo gordiano. Dice una versión de la fábula que, después de intentar desatarlo, Alejandro dio un paso atrás diciendo: “no hace diferencia cómo se deshace el nudo”, saca su espada y lo corta de un sólo golpe. Inmediatamente la población reconoció la astucia del joven rey que llegaría a conquistar grandes regiones de Asia antes de su muerte a los 32 años.

No quiero sonar dramático, pero da la impresión de que nuestro país y el mundo están plagados de lo que se conoce como nudos gordianos: problemas u obstáculos que parecen no tener solución o que son muy difíciles de resolver y que probablemente requieran soluciones muy distintas, más creativas, a las intentadas previamente sin éxito.

En ocasiones se requiere cortar el “nudo gordiano” sin contemplaciones para poder echar a andar una solución a problemas que parecen eternos o sin solución, problemas que incluso pueden hacerse más grandes por la falta de acción. Se dice que el lema del rey Fernando el Católico era “tanto monta cortar como desatar”, en referencia a la solución de Alejandro Magno, cuando decía que daba igual cómo se hicieran las cosas y que lo importante es resolver los problemas.

En su obra “Enrique V”, Shakespeare hace referencia al nudo gordiano cuando el arzobispo de Canterbury usa la metáfora del nudo para alabar la sabiduría y habilidad del rey resolviendo problemas políticos. ¿Qué daríamos hoy los ciudadanos de México y del mundo por tener líderes que en lugar de apretar más los nudos Gordianos lograran deshacer o cortar algunos de vez en cuando al estilo de Alejandro, de Fernando o de Enrique?

Supongo que una opción que tuvo Alejandro Magno cuando enfrentó el problema del nudo era ignorarlo (patear la lata), echarle la culpa a quienes vinieron antes de él (algún antepasado de Biden o Calderón, da lo mismo) por haberlo apretado más, o esconder la carreta con todo y nudo diciendo que ya lo había resuelto (yo tengo otros datos). Pero no, Alejandro Magno, a sus 23 años, decidió enfrentar el problema y resolverlo de una forma no convencional. Ojo, da la impresión de que Alejandro no consideró la opción de quemar la carreta y toda la ciudad (al estilo 4T) como una forma de acabar con el problema. Se sobreentiende que la resolución del problema debe complacer a los ciudadanos en general y no sólo a los que aplauden todo.

Así, vemos que Trump parece haber detectado algunos nudos gordianos: Ucrania, fentanilo, migración, déficit comercial, gasto de gobierno, entre otros, y parece decidido a sacar la espada y cortarlos de uno o de muchos golpes. No está claro si al tiempo que lanza su espada sobre los nudos también está regando gasolina alrededor mientras festeja con fuegos artificiales. A muchos nos parece que Trump tiene un problema de doble personalidad; por un lado, se quiere mostrar como Alejandro Magno al enfrentar los nudos, pero por otro ha instalado un gobierno calibre Nerón, donde todos, dentro y fuera, temen ser declarados “enemigos del emperador” y donde todo es una conspiración y quien no besa la mano del líder será desterrado o aniquilado.

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¿Tendrá éxito? No importa lo que pase, él y sus aplaudidores (que también se dan en racimos en Estados Unidos y no sólo en México) dirán que sí. Mientras tanto, trae a docenas de países (y millones de personas y empresas) tratando de reaccionar a sus órdenes ejecutivas, a sus políticas, a sus tuits, incluyendo México, en donde los nudos gordianos son plaga y en donde al parecer no se necesita hacer mucho para tener popularidad mayor a la de Alejandro Magno.

México enfrenta una economía estancada y en declive, un socio comercial y vecino altamente agresivo, altos niveles de inseguridad, nulo imperio de la ley (a todos niveles) y corrupción y nepotismo rampantes. Y aun así, los aplausos son ensordecedores. Perdimos contacto con la realidad y, con ella, la lista de los nudos por deshacer y las ganas de hacerlo.

@josedenigris

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