Navidad y Christmas son misterio y folclor
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En esta esfera se reflejan las luces navideñas. Está colgada de un pino todavía verde, todavía con estrella y no con penacho, sin globos ni bastones de caramelo gigantes ni galletas de plástico descomunales. Con foquitos de colores y no solo amarillentos.
Este pastorcillo de barro deja su rebaño para correr hacia Belén. En este nacimiento hay un pesebre vacío en espera de la nochebuena. La vorágine de simbolismos, personajes e ingredientes en el ambiente urbano, incluye un revoltijo abigarrado y múltiple.
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El pavo, el pino, el buey, el asno, los peregrinos, los magos, la estrella, el ángel. Los villancicos, los regalos y la rebatinga, los abrazos y un San Nicolás convertido en personaje polar enrojecido y panzón, barbado y carcajeante. Y, con él, el trineo volador y los renos que atraviesan nubes y llegan a chimeneas.
Llegan olores de tamales o de pavo, hay sabores de champurrado y buñuelos. Inocentes tragos de ponche sin ron. En los templos hay rezos y cantos de alabanzas. Conviven misterio y folclor. Las bolsas con ropa y juguetes para los ejidos se suman a las celebraciones de barrio y colonia. Resuena el fronterizo “jepi crismas tullú” y el “feliz navidá” en los abrazos palmeados y en los encuentros regocijados.
Es la revoltura festiva decembrina. Las misas de gallo ya son de pájaros del atardecer. En los ritos más observantes, se han encendido las velas de la corona de Adviento y se coloca la vela blanca en el centro, en la misa del día veinticuatro, cuando ya está el Niño en el pesebre.
Lo más navideño son las reconciliaciones. El estreno de actitudes amigables y fraternas, la esplendidez y la generosidad, el florecimiento de sonrisas en rostros habitualmente avinagrados. El clima de ternura, de confianza y espontaneidad, contagiado por presencias infantiles, desbordantes de alegría. Y el recuerdo de la bondad de paternidad divina. Da un Hijo al mundo, como hermano mayor, para salvación y adopción de muchos hermanos que inician vida nueva.
MINICUENTO NAVIDEÑO
“Lo voy a copiar y se lo voy a regalar”. El pequeño empezó a dibujar y colorear el dibujo del perro labrador. En el calendario, la mascota original salta feliz. En la cartulina del artista infantil, el trazo queda impreciso y el color desvanecido. Viste el chavo su trajecillo nuevo. Va corriendo a encontrar al papá. Tropieza en el charco y cae. Se mancha el traje y el dibujo queda salpicado. Le da un abrazo al papá y le entrega el regalo. El papá no lo reprende, le dice que es hermoso el dibujo, lo levanta y le da un beso. “Lo pondré en mi despacho, cerca del árbol de Navidad”. En la memoria del niño se almacena ese momento para toda la vida... en la casa se escucha la tonada de “Noche de paz”...
DUELO DE MISILES
Escoger un lugar súper protegido sugiere el gobernante ruso. Se lanzará su nuevo misil para probar cómo su poder destructor vence cualquier intento de defensa.
Con carga nuclear sería el arma invencible para disuadir a cualquier adversario, es la forma intimidatoria con la que se pretende inhibir cualquier intento bélico y así evitar enfrentamientos.
Esa idea de una paz por miedo contrasta con la que anunciaron los ángeles en la primera nochebuena. Falta lo esencial que es la “buena voluntad”.
TÉ CON FE
-¿Cómo evitar llenarme de ira cuando recibo una ofensa?
-Solo piensa que es inútil que te des coscorrones a ti mism@, esperando que le duelan a quien intentó ofenderte.—