Ni arsénico ni flúor en agua
de Saltillo: una buena noticia
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La empresa mixta Aguas de Saltillo (Agsal) informó ayer que en el monitoreo cotidiano que se realiza del líquido que se surte a los habitantes de la capital de Coahuila no se ha detectado hasta ahora la presencia de arsénico ni flúor, lo cual es una buena noticia por partida doble.
En primer lugar lo es porque eso implica que el agua disponible en los hogares saltillenses puede consumirse sin riesgos, toda vez que cumple no solamente con los requisitos de potabilidad (que han sido reiteradamente acreditados), sino que está libre de componentes peligrosos para la salud.
Pero igualmente importante es que la ausencia de los elementos citados −en particular el arsénico− sea un indicador de que los pozos de los cuales se extrae el líquido no estarían siendo sobreexplotados pues, como se sabe, la presencia de este mineral se registra cuando se extrae más agua de la que se recarga en un acuífero.
No es la sobreexplotación de los acuíferos la única causa por la cual pueden encontrarse altas concentraciones de arsénico en las aguas subterráneas, pues de acuerdo con los especialistas en el tema, en México existen tres ambientes hidrogeológicos en los cuales suele detectarse el mineral: acuíferos aluviales, áreas mineras y aguas geotérmicas asociadas a rocas volcánicas.
Sin embargo, la Región Sureste de Coahuila no clasifica en ninguna de las tres categorías mencionadas y es por ello que, al menos en primera instancia, puede deducirse que la presencia de arsénico sería un indicador inicial de
que los acuíferos están siendo sobreexplotados.
Al respecto, el gerente de Aguas de Saltillo afirmó ayer que la empresa realiza “unos 24 ó 23 análisis al día con muestras”, actividad que se realiza los 365 días
del año, por lo que puede asegurarse que “el agua (de Saltillo) es 100 por ciento potable, por eso exhortamos a que se tome el agua de la llave”.
El laboratorio que realiza los análisis, ha dicho el titular de Agsal, está acreditado por la EMA (Entidad Mexicana de Acreditación), “que es la institución principal en México que acredita laboratorios y aquí en Saltillo no tenemos problemas de arsénico ni flúor”.
Que no tengamos problemas de este tipo no implica, desde luego, que no pudiéramos tenerlos en el futuro y eso, como se ha dicho, dependería en primera instancia de que no se extraiga de los acuíferos más agua de la que puede recargarse de acuerdo con los ciclos naturales del líquido.
¿En dónde se ubica esa frontera? Esa es una discusión que se ha desarrollado largamente en nuestra ciudad y que no parece tener una respuesta contundente más allá de que la Comisión Nacional del Agua ha establecido una veda sobre el Valle de Saltillo y eso implica que no es posible obtener autorizaciones para extraer más agua de la que ya se encuentra actualmente autorizada.
Por ello, aunque debe saludarse la noticia de que nuestra Región se encuentre libre de los problemas que implican la presencia de arsénico y flúor en el agua, es necesario garantizar que esta
realidad se mantenga exactamente en el estado en que se encuentra ahora.