“No eres igual que antes, has cambiado.” Claro que he cambiado, de eso se trata la vida
COMPARTIR
Hoy comenté mi día, y mis últimas semanas, con una persona quien me dijo, “Aprenderás de ello.” ¿Alguna vez te has preguntado si realmente hay algo que aprender de las situaciones de la vida? Yo estoy muy segura de que no, no siempre hay algo que aprender, y por lo general no voy por la vida buscando aprendizajes en todo lo que sucede. Al mismo tiempo me parece que las etapas de la vida traen oportunidades de consolidar nuestro crecimiento y proceso personal. Y también me parece que no podemos adelantar lo que traerá cada etapa. Lo que crecemos, cambiamos y transformamos depende de las herramientas que hemos adquirido en el camino de vida que hemos caminado anteriormente.
Con frecuencia contemplamos nuestro pasado en términos de las opciones que no tomamos, pensando que hubiéramos podido hacer algo diferente cuando en realidad hicimos lo mejor que pudimos con las herramientas y los recursos que teníamos en el momento. No podemos usar recursos que no hemos desarrollado, y las herramientas que tengo hoy no son las que tuve anteriormente. Dice uno de mis maestros que somos neuróticos más no pendejos, y agregaría que siempre hacemos lo mejor que podemos con los recursos que tenemos en el momento.
Eso significa que cuando nos preguntamos por qué alguien no vió una opción que nosotros vemos, es porque en realidad no la ve, no la conoce. Hemos visto a los niños probar cosas de manera evidentemente infantil, y haríamos mal en creer que deben poder hacer esas cosas de manera más “madura”. Las etapas y estaciones de la vida nos abren las oportunidades de la transformación y la madurez. Lo curioso es que usualmente nos damos cuenta de lo que vamos aprendiendo después de aprenderlo. La señal es cuando nos encontramos en una situación repetitiva en la vida y reaccionamos de manera distinta. El aprendizaje implica siempre un cambio de conducta. Esos cambios tienden a sorprendernos, aún cuando nadie más se de cuenta de ellos. Tal vez por eso decimos que no somos las mismas personas de un momento a otro, y cuando alguien (con frecuencia la pareja) nos dice que hemos cambiado y que no somos iguales que antes podemos decir con toda confianza que eso significa que hemos hecho nuestra chamba de desarrollo.