No todo es como lo pintan
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Los informes de gobierno, todos, hablan de lo maravilloso que son las gestiones. Lo inmaculado de las finanzas y lo impoluto de las decisiones. La autocrítica es escasa y siempre se mira el vaso medio lleno.
Hace unos días el gobernador de Coahuila, Miguel Riquelme Solís, dio su cuarto informe de gobierno donde destacó, entre otras cosas, que el estado fue el más rápido en cuanto haber levantado las restricciones, que se recuperaron todos los empleos perdidos, que hubo récord de inversiones privadas, que Coahuila es de los estados más seguros del País, que el Coneval bajó el registro de pobreza en el estado, que la entidad fue la que más reasignó recursos a seguridad en el País, y el segundo a salud, que mejoraron las calificaciones y otros puntos.
Pero hay temas a deber. Aunque no lo quieran reconocer: esencialmente la escasa obra pública y la solicitud de deuda, algo que el gobernador se comprometió a no pedir cuando estaba en campaña.
Pongamos en perspectiva al Miguel Riquelme alcalde de Torreón y al Miguel Riquelme gobernador. En cuatro años el alcalde Miguel Riquelme hizo en Torreón: el Paseo Morelos, el complejo La Jabonera, la Línea Verde y el amado-odiado teleférico.
En cuatro años el gobernador Miguel Riquelme hizo (en Torreón): el parque Ecológico Recreativo y Cultural Puerto Noas inaugurado, por cierto, apenas el 22 de noviembre. Barrido para su informe. Por donde se busque, no hay nada más.
El 10 de octubre, en Torreón, el gobernador Riquelme declaró que su legado en Torreón sería el Sistema Vial Cuatro Caminos. La obra “más importante” será una que en cuatro años no ha empezado, cuando la experiencia nos dice que hablar de la conclusión de una obra en dos años es casi casi hablar de una utopía, una quimera política. Y el ejemplo claro es el complejo turístico Puerto Noas que demoró más de tres años desde el arranque de las obras. Claramente el Miguel Riquelme alcalde vence al Miguel Riquelme gobernador en materia de obra para Torreón.
Las cifras no mienten. En cuatro años se han destinado poco más de 13 mil millones de pesos en inversión pública (aunque a falta de tres meses de este año, faltarían cerca de mil 700 millones por
ejercer del presupuesto 2021) en el estado. En el mismo periodo se han pagado 19 mil millones de pesos al servicio de la deuda
sin que baje un peso la cifra
que se adeuda por tanta reestructuración.
Tan sólo este año se han pedido cinco créditos a seis bancos distintos por el orden de los mil 965 millones de pesos en pasivos a corto plazo, más otro crédito con acta de fallo el 5 de noviembre, aunque no está disponible
en la página de transparencia de Finanzas y se desconoce a cuánto ascendió.
Así pues, por más que se hablen de finanzas sanas, la constante ha sido los créditos a corto plazo porque el estado vive con una losa muy pesada llamada megadeuda. Y por más que se hable de que no impacta, la realidad es que se resiente en la paupérrima obra pública.
AL TIRO
La moneda tiene dos caras. Y todo lo bonito que se oye en un informe, también es como una moneda. Por ejemplo, se presumió que el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) colocó a Coahuila con el tercer mejor porcentaje de cumplimiento a nivel nacional de calidad y transparencia en la aplicación de los recursos. Desconozco los parámetros que tomó el IMCO, pero en mi experiencia de más de 10 años de usuario de plataformas de transparencia, nunca había visto una Secretaría de Finanzas tan opaca como la actual para poner a disposición la información pública. La Secretaría de Finanzas reservó arbitrariamente el gasto del gobierno en renta de aeronaves o taxis aéreos y recientemente la Secretaría de Infraestructura reservó por temas de “seguridad” el proyecto del Metrobús
También el Gobernador destacó como fuente al World Justice Project, que colocó a Coahuila en el segundo lugar nacional en materia de justicia en el Índice de Estado de Derecho, pero no menciona que la misma fuente coloca al estado en el lugar 15 en el factor de Ausencia de corrupción o en el lugar 16 en el factor de Límites al poder gubernamental o en el lugar 18 en Justicia civil.
¿Hay cosas buenas en cuatro años? Claro que las hay. Pero
tampoco pinten un estado con arcoíris.