¿Noche de paz? Lecciones de la tregua de 1914 para un 2024 marcado por conflictos armados
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Hace 110 años... los soldados en el Frente Occidental nos enseñaron que otro mundo es posible
El 24 de diciembre de 1914, a casi cinco meses de iniciada la Primera Guerra Mundial, los soldados atrincherados en el Frente Occidental pactaron espontáneamente una tregua de cese al fuego. Los militares de origen británico, francés, austrohúngaro y alemán ya estaban fatigados de los horrores de la guerra; extrañaban a sus familiares, el calor de sus hogares y una comida que no se redujera a su ración de combate, la paz de poder descansar sin temer por una ráfaga de artillería o un asalto enemigo, así como el no tener que matar a un desconocido para sobrevivir.
La tregua la inició la tropa alemana con la colocación de árboles de Navidad iluminados en los parapetos de las trincheras, seguido de un cese al fuego por parte de los regimientos aliados. A pesar de las advertencias de las autoridades de no confraternizar con los enemigos, los militares de ambos bandos se unieron para cantar villancicos, jugar fútbol y leer salmos, incluso se registra una lectura bilingüe por parte de un capellán escocés. La paz únicamente duró hasta el 26 de diciembre, día en que se reanudó la absurda cotidianidad de la muerte violenta, la cual se prolongaría durante casi cuatro años más.
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Los años recientes son reminiscentes de muchos de los horrores del siglo 20. De acuerdo con el Índice de Paz Global 2024, publicado por el Instituto para la Economía y la Paz, este ha sido el año con mayor incidencia de conflictos −internos o externos− desde la Segunda Guerra Mundial, sumando 56 conflictos activos y 92 países involucrados en conflictos armados transfronterizos.
Los medios de comunicación nos mantienen informados sobre la guerra ruso-ucraniana y palestino-israelí, pero también hay otros conflictos que generan afectaciones graves a la población civil de magnitudes terroríficas: el conflicto interno en Myanmar (Birmania), la guerra civil sudanesa, la guerra civil siria, la guerra civil somalí, la insurgencia islamista en el Magreb y la insurgencia islamista de Boko Haram en Nigeria, por mencionar algunos.
De acuerdo con el Índice de Conflictos del Proyecto de Localización y Eventos de Conflictos Armados (ACLED, por sus siglas en inglés), actualizado al 13 de diciembre del presente año, los conflictos armados han repercutido en la pérdida de cientos de miles de vidas de personas a lo largo y ancho del mundo. En Ucrania se registraron este año 67 mil muertes provocadas por la guerra, en Palestina 35 mil muertes, en Myanmar 19 mil muertes, en Sudán 13 mil muertes, en Nigeria 9 mil muertes y en Burkina Faso 7 mil muertes. Lamentablemente, la tendencia global de los discursos aguerridos de líderes populistas y de corte nacionalista no nos muestran un panorama alentador frente al 2025.
Hace 110 años, a pesar de los deseos de los líderes nacionalistas y de las órdenes de las autoridades militares, los soldados en el Frente Occidental nos enseñaron que otro mundo es posible. Un mundo en el que las rivalidades recaigan entre quien gana un partido de fútbol, y no uno en el que una facción busque eliminar a otra de la faz de la tierra porque considera que no merece existir.
Espero que la Navidad de 2025 sea una noche con mayor paz que la de este año que está por concluir.
X: @areopago480
Correo electrónico: areopago480@gmail.com