Noticias del imperio: Coahuila, entre danzas y ‘justicia’ exprés
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Nunca ha sido la justicia pronta y expedita, una cualidad de los magistrados de Coahuila, y menos cuando deben su puesto, no a la sabiduría jurídica, sino a las tareas de obra negra
Con solidaridad a VANGUARDIA
LA VISITACIÓN. Fui criticado cuando me referí, en ese término, al príncipe encantador que hoy gobierna Coahuila, y que, a un año de funciones, tiene más pendientes que explicaciones a los ciudadanos.
La visita y presencia de la Diócesis de Saltillo en el Vaticano, a través del nacimiento y un pabellón elaborado para tal efecto, despertaron alegría en la grey católica. Fue una oportunidad que, al menos a este charro, no le había tocado escuchar de un evento tal.
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Pues bien, en días pasados tuvo lugar la visita de una caravana de políticos y “empresarios” que acompañaron a Manolo y a su familia a un evento religioso en evidencia, pero que fue contaminado por el agandalle de políticos, como el referido personaje real, quienes lo traducen para su interés, como si fuera un acto de y para ellos.
Anote que un grupo de “empresarios” conjuntaron la comitiva, aunque carecen de esa categoría.
Vamos al inventario: dos socios inmobiliarios, Davisa y Alianza (de quienes se dice se aliaron a la empresa de la familia para cruzar esa línea quisquillosa de la información pública), unos restauranteros italianos, herederos del conglomerado ARCA, y sólo una compañía de las pocas que le quedan a Grupo Industrial Saltillo (GIS).
Pero la mayor sorpresa la observamos en un video, compartido a través de redes sociales, con producción del área de Comunicación del Gobierno coahuilense.
La danza matachín o matachina, traída a esta tierra por los indígenas tlaxcaltecas que fueron asentados en la antigua villa de San Esteban de la Nueva Tlaxcala, al sur de la ciudad de Saltillo, ha sido trasmitida por generaciones. Fue Pancho “La Gallina” quien le dio fama internacional con sus danzantes del Ojo de Agua a mediados del pasado siglo.
Danzantes que fabricaban sus trajes con tela, carrizo, plumas y madera; que en las mañanas eran obreros en Cinsa, Cifunsa o Harvester o comerciantes del centro y, por las noches, ágiles intérpretes de una danza que es una evocación del bien contra la maldad. Danzantes del color de la raza de bronce que, con su sudor y esfuerzo, presentaban un espectáculo fascinante, ya fuera en los festejos del 6 de agosto o con la Guadalupana.
Sin embargo, esta vez, esa danza fue sustituida por otra, cuyos aromas de Hermès, Lancôme, Givenchy o Chanel perfumaron el pasillo del vaticano con un grupo de matlachinas de Torreón, cuyas figuras hacían confundir su origen, pudiendo ser alemanas, danesas, checas o eslovenas.
Tremenda ocurrencia que define no sólo el estilo de gobernar de Manolo, sino su propia esencia de “gente cool”, “nice”, o nace del pueblo a quien trata con vaciladas y hasta albures. Y eso que aún faltan cinco años. ¡Válgame!
LA JUSTICIA IMPERIAL. Fue una sorpresa la presencia de Humberto Moreira (conocido ahora en el penal de Madrid como Chucho “El Roto” por sus compañeros de celda) en el primer informe real del encantador, sin embargo, al poco rato se supo la verdadera razón.
El periódico VANGUARDIA había sido víctima, en primera instancia, de una sentencia por consigna en un caso de supuesto adeudo mercantil carente de fundamentos legales, cuyo actor es el exgobernador Humberto “N”. Y no contentos con eso, esta semana sufrió un fallo exprés del Tribunal Superior de Justicia de Coahuila, que en 72 horas estudió, analizó y dictaminó un expediente de cinco tomos con entre dos mil y tres mil páginas.
Nunca ha sido la justicia pronta y expedita, una cualidad de los magistrados de Coahuila, y menos cuando deben su puesto, no a la sabiduría jurídica, sino a las tareas de obra negra que hicieron para el hoy hermano incómodo Rubén “N”.
Con el mayor silencio y con la confianza que da la impunidad, la magistrada ponente de la resolución en segunda instancia, obedeció la ordenanza del magistrado Mery y de arriba para abajo.
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Afortunadamente, el amparo aún existe, y los abogados sabemos que sacando los asuntos de las fauces de los “jueces balaceras” de Coahuila, a través de ese juicio, llega la justicia, invariablemente.
De pasada me comentan que hay un juececillo laboral, de esas balaceras (los que se arreglan con una botella de tequila, un litro de fresca, cuatro limones y sal de gusano), de apellido Plata Saucedo, cuyo único merito es ser hijo de un exfuncionario del Gobierno y que está a disposición de un famoso despacho laboral, cuyo titular es un notario público. Sería bueno que los magistrados se dieran una vueltecita por esos territorios para verificar la legalidad de sus fallos. ¡Haya cosa!