Coahuila: MJS, percepción versus realidad

Opinión
/ 13 diciembre 2024

¿Es posible revisar de manera congruente, exhaustiva y justa, para las partes involucradas, un expediente tan delicado −políticamente− y de tal magnitud judicial?

A mi casa editorial, VANGUARDIA, en solidaridad.

Enfundado de júbilo navideño, con mi posada temática de Costco repleta de amigos torreonenses felices, luzco camisa y pantalón rojos, una máscara sonriente de Grinch con gorra de santoclós comprados en el Mercado Juárez.

Cobijado por este ánimo celebratorio lanzo esta reflexión: La narrativa del Gobierno estatal ha machacado una idea para dar certidumbre de la gestión gubernamental de Manolo Jiménez Salinas (MJS): “Coahuila tiene rumbo y va pa’ delante a pasos de gigante”.

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El trabajo de MJS para generar empleo, atraer inversión y fortalecer la seguridad pública refrenda, hasta hoy, percepción con realidad. Sin embargo, cuando hablamos de gobernabilidad política surgen preguntas urgidas por deslindes puntuales de MJS.

Existe la percepción de que MJS y el aparato de Estado han desplegado una campaña sistemática para remover, mediante un juicio político, a Román Cepeda, alcalde de Torreón.

El trabajo sucio lo inició, hace meses, el lagunero Antonio Attolini, diputado local de Morena, quien el pasado viernes propuso un punto de acuerdo en el Congreso para solicitar a la Fiscalía Anticorrupción una investigación de oficio por acusaciones contra Cepeda, realizadas por un periódico local, para provocar su enjuiciamiento político.

¿El resultado? 12 votos en contra. Siete a favor y seis priistas ausentes. El punto de acuerdo fue a la congeladora. Sonrientes, los diputados priistas se lavaron las manos.

Acto seguido, el senador morenista Luis Fernando Salazar, también lagunero, tomó la estafeta de Attolini para amenazar “que llevará el caso (de Román) al Senado para que lo investigue la Auditoría Superior de la Federación y la Secretaría de la Función Pública”.

Urge que MJS se deslinde de la percepción, más generalizada en Torreón, de ser “la mano que mece la cuna” (con sus aliados morenistas) en esta intentona por desbancar a Cepeda, que provocaría ingobernabilidad en la región lagunera; una inflamación regionalista lagunera contra Saltillo y su persona y, como lo he subrayado en ocasiones anteriores, abriría grietas aprovechables por un crimen organizado siempre al acecho.

El 30 de noviembre pasado, MJS invitó a Humberto Moreira a su primer informe de gobierno. Como lo escribí en su momento: “(Moreira) estaba ahí para ratificar su sabida cercanía con Manolo. Para que este marcara distancia con los exgobernadores Montemayor, Martínez, Rubén y Riquelme (que no asistieron o no fueron invitados). Y para confirmar que Manolo piensa que Humberto puede ser un mejor guía para su futuro que el mismo Alito y el PRI federal”.

En fechas recientes, Moreira demandó por tercera ocasión a VANGUARDIA (lo hizo en 2016 y 2017) por “un supuesto adeudo mercantil carente de fundamentos legales” y que fue resuelto mediante “un fallo exprés del Tribunal Superior de Justicia, que en 72 horas analizó y dictaminó un expediente de cinco tomos que cuenta entre dos mil y tres mil páginas” (VANGUARDIA: 11-12-2024).

¿Es posible revisar de manera congruente, exhaustiva y justa, para las partes involucradas, un expediente tan delicado −políticamente− y de tal magnitud judicial? Los especialistas consultados, Gerardo Pérez y Hugo Morales, señalan que es imposible.

Entonces, la pregunta para Miguel Mery, magistrado presidente del Poder Judicial, es una: “¿es posible confiar en un Poder Judicial (liderado por él) que resuelva un recurso de apelación, documentado en más de dos mil hojas, en sólo tres días?” (VANGUARDIA: 11-12-2024). Comprobado, ninguno de los cinco métodos de lectura rápida (en diagonal, “skimming”, “scanning”, de fijación y de marcador) dan para tanto.

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Por ello, urge que MJS se deslinde −más allá de su relación con Moreira− de la percepción generalizada de haber instruido a Mery acelerar este recurso de apelación, que pone en serio riesgo la libertad de expresión en Saltillo y en Coahuila.

Estos dos deslindes de MJS son cruciales, porque la gobernabilidad política de nuestro estado también debe coincidir con la frase “Coahuila tiene rumbo y va pa’ delante a pasos de gigante”, para empatar, sin duda alguna, la percepción con la realidad.

Regreso a mi posada con temática de Costco, porque estos loquillos torreonenses están a punto de nombrar al empleado del mes.

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