Parras, con cirrosis y sobredosis
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De verdad que nuestro Pueblo Mágico no tiene redención. Está condenado. ¡Malaya sea nuestra suerte! ¿Hasta cuándo seguirán abusando de los parrenses los alcaldes corruptos?, y de veras que nuestro actual alcalde, Fernando Orozco Lara, es candidato natural a un examen teratológico porque cierto es que es un animal ambicioso. La ambición lo domina peor que a un animal no racional. Hay que tener en cuenta que la teratología es la disciplina que estudia a los animales en lo concerniente a la muy posible racionalidad animal y, como en el caso de Fernandito, la muy factible animalidad humana
Animal ambicioso. Y fue el Politicón de VANGUARDIA que dijo acertadamente que este Fernandito está peor que el exalcalde Ramiro Pérez Arciniega, porque cierto es que Ramiro no fue nunca monigote de nadie (bueno, excepto de Brenda), pero fuera de eso supo imponer su voluntad en nuestro municipio.
Pero este Fernandito de veras que da grima. No sabemos si sea cuestión de autoestima o de un fuerte complejo de inferioridad. O tal vez sea el sueldo, el viático, la gasolina o el catastro. Pero lo cierto es que este monigote no gobierna a Parras, sino que nuestro pueblo está gobernado por laguneros que lo insultan, lo mangonean y se burlan de él. Ahora es cuando más extrañamos a Gerardo, a Nacho, a Evaristo y a Ramiro, ¡Pobre Pueblo Mágico!
Por eso y más es que este periodista pone en alerta a los usuarios de la Notaría Pública No. 2, cuyo fedatario es la vez el alcalde de Parras, precisamente Fernandito Orozco Lara, y que actualmente es juez y parte en el tema notarial porque según la Ley del Notariado del Estado de Coahuila en su artículo 6 dice al respecto: “El ejercicio de la función del notario es incompatible con el desempeño de:
I. Cargos de funcionario o empleado al servicio de cualquiera de los tres Poderes del Estado...
II. Cargo de funcionario o empleado al servicio del Municipio o de Entidades desconcentradas o descentralizadas municipales...”.
Y lo anterior nos indica que este ambicioso sujeto está violando la ley y que cualquier actuación como notario pueden ser impugnada y nulificada como lo estipula el artículo 19 de dicha ley, en su segundo párrafo que dice: “Serán igualmente nulos los instrumentos que autorice el Notario que tenga la incompatibilidad conforme a esta Ley...”.
El alcalde Fernandito está fuera de la ley. Podrá salirse con la suya como en el caso Infonavit, pero recuerde que cualquier conflicto puede ser llevado a juicio de amparo y ahí sí que le tumban cualquier escritura. No puede ser notario y jefe del catastro a la vez.
Este municipio ya está muy enfermo y desahuciado. Tiene la cirrosis de muchos malos gobiernos y ahora la sobredosis del voraz alcalde Fernandito. Y es preocupante pensar en que los parrenses no tenemos la capacidad para soportar el cáncer de estos burócratas. ¿Tendrán los parrenses la fuerza suficiente para seguir soportando a esa lepra que nos mutila?
Y otra. Fernandito ha sido exhibido en medios nacionales como la versión parreña de los “abrazos, no balazos”. Su policía nunca llegó a poner orden en el conflicto de San Lorenzo. Está peor que Evaristo y Ramiro. Pobre Parras. Ya valió.