El 19 y 20 de abril se llevó a cabo la Jornada Nacional de Búsqueda, donde colectivos y en general buscadoras y buscadores de personas desaparecidas realizaron diversas actividades en el país para visibilizar la problemática de desaparición en México.
Lo increíble es que con más de 100 mil desapariciones en todo el país se tengan que hacer actos para hacer notar una tragedia que debería estar en la mente de cualquier ciudadano.
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Este tema, que tendría que ser una prioridad comunitaria y un asunto central de las campañas presidenciales, no lo es.
“La búsqueda de los desaparecidos será una prioridad nacional”, tuiteó la candidata Xóchitl Gálvez el 8 de abril.
A inicios de año, Gálvez aceptó hacer un recorrido con madres buscadoras como parte de una invitación de Ceci Flores, una madre buscadora de Sonora, y el 8 de marzo recibió a un grupo de madres de personas desaparecidas en su casa.
Claudia Sheinbaum declaró en Tamaulipas que buscará un sistema de búsqueda con las bases de datos de las fiscalías estatales, pero también en marzo evitó hablar de la polémica porque el Presidente no recibió a Ceci Flores y se limitó a decir que era mejor hacer propuestas que criticar.
Cuando presentó sus 100 puntos en el Zócalo al inicio de las campañas, Sheinbaum simplemente dijo sobre el tema: “mediante la coordinación entre autoridades de distintos niveles vamos a continuar y darle seguimiento a los protocolos de búsqueda de personas desaparecidas”.
En las propuestas del candidato Jorge Álvarez Máynez sobre el tema, simplemente dice que se buscará generar una base de datos de víctimas y desaparecidos con información detallada y actualizada en tiempo real; además de detonar de autonomía a la Comisión Nacional de Búsqueda.
Sin embargo, cuando acudió al ITESO en Guadalajara le cuestionaron sobre el tema de las desapariciones, omitió responder y se centró en otras problemáticas como los feminicidios.
La realidad es que ningún candidato ha presentado un plan de trabajo o ha tenido un acercamiento con las familias o colectivos.
En voz de Grace Fernández, directora de Vinculación del colectivo Búscame, buscando desaparecidos México, es “preocupante porque eso quiere decir que no tienen ni la más mínima idea de qué, cómo, cuándo y por dónde empezarle”.
Es cierto, tampoco se vale, como dice la misma Grace Fernández, que usen a los desaparecidos como una boleta electoral, como un voto más. No. El tema es una emergencia humanitaria a la cual hasta el momento ninguna candidata o candidato ha querido entrarle.
AL TIRO
La crisis de las desapariciones en México es un problema social, un problema político, un problema de salud, un problema económico, un problema de seguridad. Un problema que contempla y abarca muchas aristas.
Por eso el tema tendría que ser prioritario en este proceso electoral. Desafortunadamente, ninguno de los tres aspirantes le ha entrado como se debe al tema. Lo que tendría que ser un eje de propuestas, se ha reducido a una especie de toreo del tema.
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Mientras pueden reunirse con diversos grupos sociales, a las familias y colectivos les huyen.
En el discurso, cuando surge el tema, simplemente capotean y aseguran que ayudarán. Pero no existe realmente un interés por dar solución a una situación humanitaria.
Va poco más de la mitad de la campaña y hasta ahora ha sido indigno y decepcionante el tratamiento que han dado las candidatas y el candidato al tema de las desapariciones.
Las desapariciones debería ser prioridad de sus agendas. Debería ser prioridad en las propuestas de campaña. Pero no lo es.