¿Y después del eclipse? Cómo capitalizarán los gobiernos el interés por la ciencia y tecnología
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El lunes 8 de abril la región Laguna fue privilegiada al poder observar en su máxima expresión el eclipse total de sol, una maravilla astronómica que duró poco más de 4 minutos.
El Bosque Urbano de Torreón, principal lugar de observación en la ciudad al ser sede de la NASA para su transmisión oficial, estuvo a reventar. Miles de personas se dieron cita a pesar del pronóstico de día nublado.
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El lunes se vivió una fiesta y no era para menos. Observar y vivir el eclipse es una gran experiencia. La emoción de la gente en el momento en que la penumbra, a pleno mediodía, se asomaba en la tierra, y luego, el estallido en júbilo cuando justo la luna cubrió el sol; el día convertido en noche, la oscuridad de unos minutos, los animales que volaron a las copas y después cantaron como si amaneciera.
En realidad se entiende por qué mucha gente “caza” eclipses y las ciudades que tienen el privilegio de estar en la franja de la totalidad se convierten automáticamente en un destino turístico.
Pero ¿y después del eclipse? Fue lindo mirar a niños y niñas con camisas de la NASA o pequeños con disfraces de astronauta, gente entusiasmada por conocer más del fenómeno astronómico. De allí mi pregunta, ¿y después del eclipse?
¿Cómo capitalizarán los estados y municipios este interés? ¿Cómo se buscará que los niños y jóvenes se interesen más por la ciencia?
En 2023, el gobierno de Coahuila destinó apenas 12.1 millones de pesos en el rubro de Ciencia, Tecnología e Innovación, según la cuenta pública. Ese dinero es menos que una migaja.
Para ponerlo en perspectiva, fue apenas el 0.018 por ciento del gasto público en 2023. Se gastó 61 veces más en la difusión, publicidad y promoción del gobierno que en ciencia y tecnología.
De ese tamaño es la diferencia de prioridades. Y si lo aterrizamos a los municipios, pues imaginemos.
Por eso, con motivo del eclipse, del interés astronómico y científico que pudo dejar lo vivido no sólo el pasado lunes, sino también las expectativas previas tendrían que ser aprovechada y potencializadas para impulsar más la ciencia y tecnología.
Sin embargo, la ciencia y tecnología son tan poco prioritarias para los gobiernos −no sólo el coahuilense− que tienen que darle dinero de las multas electorales para que puedan tener un presupuesto menos insultante, aunque igual de raquítico.
AL TIRO
La ciencia, tecnología e innovación no tendrían que reducirse a lo que hace el Coecyt: libros conmemorativos que nunca se publican y nadie lee o esculturas que sirven para poca cosa.
El tema merece un proyecto diferente, un proyecto verdadero de intervención y cultura de la ciencia, capaz de enganchar a niños y jóvenes. Requiere de investigaciones que trasciendan, que tengan una incidencia en asuntos públicos y no sólo sirvan para empolvarse en laboratorios.
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La ciencia y tecnología resuelven problemas. Le resuelven problemas a la humanidad. No se trata de un área a la que se le tengan que dar las sobras del presupuesto, no tendría que ser el último rubro en el que se piensa cuando se diseñan los presupuestos.
Sí, el eclipse fue maravilloso. Todos disfrutamos el fenómeno y nos preguntamos si podremos volver a presencia otro. ¿Y después del eclipse? ¿Qué harán los gobiernos en materia de ciencia, tecnología e innovación?